Cierran 3 de las 4 últimas discotecas que quedaban en el Maremàgnum
El único local que permanece abierto cesará su actividad en breve
El Maremàgnum se queda sin locales nocturnos. La empresa que gestiona el complejo de ocio anunció ayer el cierre de tres de las últimas cuatro discotecas que permanecían abiertas. Asimismo, continúan las negociaciones para clausurar el único local de ocio nocturno que queda abierto. Esta política de cierres persigue convertir el complejo en un centro de ocio diurno y dejar atrás la conflictividad de años anteriores.
En septiembre de 2005 el Maremàgnum presentó su Plan Relanzamiento, después de 14 meses de obras y 14 millones de euros de inversión. Desde entonces los nuevos gestores del complejo apostaron por lavar la imagen de conflictividad que había estado asociada al centro de ocio desde su nacimiento y que había vivido su momento culminante con la muerte del ecuatoriano Wilson Pacheco a manos de tres porteros de discoteca en 2002.
Con los nuevos tiempos, los cuatro locales de ocio nocturno que quedaban fueron relegados a la segunda planta del centro comercial. La dirección del Maremàgnum acordó ayer el cese de actividad de tres de esas cuatro discotecas, propiedad de una única persona. Asimismo, la empresa gestora confirmó las negociaciones con el local -de 481 metros cuadrados- que aún permanece abierto: "Esperamos también llegar a un acuerdo con este operador para su cierre en un futuro no muy lejano", informó en un comunicado.
La renovación del Maremàgnum ha cristalizado en un centro comercial de 22.000 metros cuadrados que ha puesto el foco en tiendas de moda y en restaurantes. Con el objetivo de atraer a un público diurno, en los últimos tiempos el complejo ha sido escenario de actividades relacionadas con la cultura, la música y el arte. Según estimaciones de los gestores, el año pasado se acercaron al Maremàgnum más de 13 millones de personas. Se prevé aumentar la cifra este 2007.
La muerte de Wilson Pacheco fue la gota que colmó el vaso, pero aquel episodio se enmarca en un cúmulo de sucesos violentos. El año anterior la policía había tramitado 32 denuncias, la gran mayoría por peleas y por falta de licencias de los locales. En diciembre de 2002 un portero fue herido de gravedad por un cliente al que le había impedido el paso a la discoteca que vigilaba.
Las acciones violentas han sido una constante casi desde la inauguración del centro, que, dada la proliferación de bares musicales y discotecas, atrajo a masas de gente, entre ellas a personas conflictivas.
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