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Reportaje:

Reflexiones desde el puente aéreo

Duran Lleida publica un libro sobre su experiencia como diputado y acerca de la creciente crispación entre las dos Españas

Para un diputado en Madrid con pánico al avión el puente aéreo semanal supone un auténtico suplicio. Para combatir esta fobia a las alturas cada uno se vale de sus particulares recursos. El democristiano Josep Antoni Duran Lleida, por ejemplo, siempre ocupa el asiento 1-C -primera fila, derecha, pasillo-, el más cercano a la salida de emergencia y frente a la cabina de los pilotos. Si la plaza está ocupada, espera al siguiente vuelo. En clase business, como todos los diputados.

Durante los 55 minutos de trayecto Duran busca siempre cualquier elemento de distracción. El último año se ha dedicado a escribir un ensayo sobre la política española, Entre una España y la otra. Del 11-M al atentado de Barajas (Ediciones Temas de Hoy). "Yo trabajo mucho en el avión. Sirve para que se me pase el miedo", confesó ayer en la conferencia de prensa de presentación del libro.

Haber ejercido la política en Cataluña y en Madrid, y militar en un partido histórico como Unió Democràtica, con un marcado perfil ideológico, ha imprimido carácter a Duran Lleida pero, sobre todo, le ha encallecido ante ciertos aspavientos soberanistas y frente a concepciones centralistas y uniformistas de España.

En Madrid, no obstante, el líder democristiano ha descubierto el resurgir de las dos Españas en este periodo que va del atentado islamista del 11-M al de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, el pasado 30 de diciembre, por parte de ETA. Una etapa de crispación que se inicia, sostiene, por la frustración del Partido Popular tras perder las elecciones generales y su incapacidad para aceptar la derrota. Y que finaliza con la ruptura de la tregua decretada por la organización terrorista ETA y que "pone fecha de caducidad a la legislatura". "Ahora se trata de administrarla como buenamente podamos", agrega.

Frente a estas "dos Españas", política y socialmente cada vez más distantes y enfrentadas, el líder de Unió propone una tercera vía que, ineludiblemente, debería articularse en torno a un nuevo partido de centro construido a partir de "principios y convicciones" y no de un mero cálculo de "equidistacia" entre PP y PSOE. Como afirma Miquel Roca i Junyent en el prólogo, el ensayo de Duran "supone un alegato en defensa de la convivencia civil frente a la tesis de las dos Españas".

Pero Duran se siente cómodo en su actual papel en Unió y, sin que le pregunten, asegura que no será él quien funde esta nueva formación. "Y ni siquiera voy a ayudar a fundarla", puntualiza. ¿Quizá porque no quiere sufrir el mismo destino que Roca, su antecesor en Madrid? En absoluto. Duran Lleida quiere presidir un partido que, manifiesta, sea referente dentro de la federación con Convergència y luego en Cataluña. Un partido que afronte el futuro, dice, con "pensamiento y estrategia", y que rehúya las maniobras tácticas, el vuelo corto. Trabajo le queda, reconoce, visto lo visto esta semana en el Parlament. "Hemos hecho todos el ridículo".

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