La Reserva Federal alerta del efecto de la crisis hipotecaria en el empleo

La economía de EE UU mejorará cuando el sector de la vivienda se estabilice. Es el augurio que hizo ayer el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, ante el comité económico del Congreso. El responsable de la política monetaria alertó de que los problemas con las hipotecas de alto riesgo podrán afectar al empleo y al consumo, aunque descartó una recesión. También dijo que su objetivo es contener la inflación.

Wall Street tenía ayer bastantes cosas de las que preocuparse. Por el repunte del precio del petróleo (el brent tocó ayer los 66 dólares barril, casi un 10% de subida en la última semana y el máximo desde septiembre), por la escalada de la tensión con Irán, y por los problemas que siguen aflorando en el sector inmobiliario e hipotecario en Estados Unidos. En este contexto intervino Bernanke y hacia ahí se dirigieron buena parte de las preguntas de los congresistas. Mientras, el Dow Jones perdía cerca de un 1%, porque todo indica que la ansiada rebaja de tipos tardará en llegar.

Bernanke debía aclarar, entre otras cosas, el cambio de lenguaje que introdujo la semana pasada, cuando dejó por sexta semana consecutiva los tipos en el 5,25%. La Fed espera que la economía siga creciendo a un ritmo moderado en el arranque del año, en torno al 2% del PIB. Y a renglón seguido precisó que hay riesgos importantes tanto al alza como a la baja. La corrección en el mercado de la vivienda es desde la pasada primavera la principal fuente de desaceleración de la economía.

Bernanke reconoció que la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprimas) plantea dudas sobre cuándo se estabilizará el mercado de la vivienda. "Las perspectivas a medio plazo son inciertas", advirtió. Aun así, no cree que los problemas de estos créditos exóticos, que representan el 10% del total, acaben lastrando el conjunto de la economía, aunque anticipó que tendrá un impacto negativo en el empleo y en el consumo privado.

Control de la inflación

"Seguiremos la situación con mucha atención", remachó. Bernanke dejó claro que en este momento la inflación es la mayor preocupación de la Fed, porque se teme que no llegue a moderarse tanto como se esperaba, a pesar de la apariencia de contención en el alza de los precios.

Bernanke aseguró que si el precio de la energía se mantiene al nivel actual, ayudará a reducir la presión inflacionista, aunque señaló que es "algo difícil de predecir".

"La incertidumbre ha crecido en las últimas semanas", alertó Bernanke, mientras defendía la estrategia actual del banco central de dejar los tipos intactos desde junio de 2006. Y por si en Wall Street había alguna duda, explicó que la política de la autoridad monetaria estadounidense está orientada a luchar contra el alza de precios. Un mensaje que por primera vez es contrario a lo que quiere escuchar el parqué.

En este sentido, evitó hablar de que la Fed se encuentre ya en una posición "neutral" y dijo que lo que busca es "dotarse de más flexibilidad". Concluyó que los futuros movimientos de tipos dependerán de la evolución de la inflación y del crecimiento, y dijo que no hay evidencias de que se vaya hacia una recesión, como semanas atrás sugirió su antecesor Alan Greenspan.