La Generalitat sólo cubre dos de cada diez plazas reservadas a Policía y Guardia Civil
El 60% de los agentes que pretenden acceder a la policía autonómica suspenden el examen
Las convocatorias anuales de la Generalitat para que agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil se incorporen a los Mossos d'Esquadra no suscitan demasiado entusiasmo. En los últimos tres años, el Gobierno catalán reservó un total de 551 plazas para las fuerzas de seguridad del Estado que operan en Cataluña. Sólo se lograron cubrir 103; o sea, 2 de cada 10. Además, el 60% de los agentes que se presentaron a los exámenes suspendieron. Los sindicatos de Policía y Guardia Civil atribuyen el fracaso, en parte, a la exigencia de conocimientos de catalán.
La escasa afluencia de policías nacionales y guardias civiles hacia los Mossos d'Esquadra explica, en parte, el déficit de efectivos que padece la policía autonómica. Así lo cree al menos el consejero de Interior, Joan Saura. Hoy, el déficit representa el 5% (unos 600 agentes) sobre una plantilla formada por 11.757 mossos, según los datos oficiales.
En 2003, coincidiendo con el avance del despliegue de los Mossos -y el consecuente repliegue de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado- la entonces consejera de Interior, Núria de Gispert (CiU), y el ministro del ramo, Ángel Acebes (PP), acordaron que funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil pudieran acceder a la policía de la Generalitat. De hecho, pactaron que el 15% de las plazas convocadas anualmente para el ingreso en los Mossos se destinarían a miembros de la policía y del instituto armado.
La primera convocatoria, de 2004, tuvo un éxito relativo. Según datos de Interior, se presentaron 85 candidatos (la mayoría, guardias civiles) para cubrir las 112 plazas reservadas. Pero quienes aprobaron las pruebas y accedieron realmente a la policía autonómica fueron apenas 42 personas; es decir, menos de la mitad.
Desde entonces, el poder de atracción de las convocatorias para cambiar de uniforme y convertirse en mosso ha ido decayendo paulatinamente. Tanto es así que, el año pasado, sólo 63 agentes se apuntaron para optar a alguna de las 237 plazas disponibles. En total, entre 2004 y 2006 se presentaron a las pruebas de acceso 281 agentes, lo que representa el 35,6% respecto a las 551 plazas ofertadas. Este año, Interior ha abierto una nueva convocatoria idéntica a la anterior: 237 plazas. Aunque los resultados de los exámenes aún se desconocen, sólo hay candidatos para uno de cada cuatro puestos.
¿Qué explica esta falta de entusiasmo? Según el Departamento de Interior, el problema es que el sistema de reserva de plazas se puso en marcha demasiado tarde, cuando la presencia de policías nacionales y guardias civiles en territorio catalán ya iba a la baja. Aun así, todavía quedan 8.400 miembros de estos cuerpos policiales, según datos de la Delegación del Gobierno. Además, indicó un portavoz del Interior, la elevada edad de algunos policías les ha hecho optar por dedicarse a una segunda actividad, en lugar de embarcarse en una nueva aventura con los Mossos.
Los sindicatos tienen una visión algo distinta. A juicio del secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Cataluña, Jesús Terribas, las condiciones laborales no son especialmente atractivas. Sobre todo, en lo que se refiere a la excesiva movilidad de los policías autonómicos. "La Generalitat no ha hecho un verdadero esfuerzo de integración; se ha limitado a cubrir expediente".
Por su parte, el secretario general de la Unión de Guardias Civiles (UGC), Bartolomé Barba, sostiene que tampoco ayuda a la causa la "incertidumbre" sobre el futuro de la Benemérita en Cataluña. "Hasta ahora, había posibilidades reales de seguir ocupando vacantes como guardia civil. Pero nadie sabe cuántos nos quedaremos trabajando aquí".
Cursos de catalán
Las dos plataformas coinciden, no obstante, en que el principal freno a la integración en los Mossos d'Esquadra es el idioma. Para acceder a la policía autonómica hay que superar una prueba de conocimientos de lengua catalana que equivale al nivel intermedio (B) fijado por la Secretaría de Política Lingüística. "La mayoría de los compañeros vienen de otras partes de España y para ellos resulta difícil", sostiene Barba.
Eso explicaría, según los sindicatos, el elevado fracaso escolar entre los policías: entre 2004 y 2006, sólo el 36,6% de los aspirantes lograron superar las pruebas. Con esta cifra se acaba de entender por qué apenas se cubren 2 de cada 10 plazas convocadas. Ni el SUP ni la UGC piden que se elimine este requisito; al contrario, reclaman a la Generalitat que organice cursos de catalán específicos para policías.
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