"No recuerdo que el confidente Lavandero me dijera nada de ETA"
"No recuerdo que me dijera nada de ETA". Con esta única frase el guardia civil de Asturias Jesús Campillo desmontó ayer la declaración hecha poco antes por el testigo protegido conocido como Lavandero, sobre la existencia de una supuesta oferta de explosivos a ETA en 2001 por parte de Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro. Incluso el propio Lavandero puso en duda que la banda terrorista vasca y la trama asturiana hayan tenido relaciones. "Yo creo que nunca han tenido relación con ETA, porque los etarras son terroristas, pero no son tan tontos como para comprarles a éstos explosivos; era un alarde de Toro", subrayó.
La existencia de una oferta de explosivos a ETA surgió del primer testigo protegido de la sesión, un compañero de prisión de Ignacio Fernández Díaz, Nayo, escondido en la República Dominicana. "Nayo me dijo que Toro y Trashorras vendían explosivos y que iban a la mina Conchita a por ellos, que los escondían en una casetilla y los dejaban en bolsas negras o verdes para recogerlas", afirmó.
El huido le contó un supuesto intercambio de explosivos en el aparcamiento del club Horóscopo, de Gijón, donde era portero Lavandero. "Me contó que hubo un intento, pero que los de ETA intentaron robarlo y hubo un tiroteo y una persecución". Pero en cuanto le preguntaron a Lavandero por este incidente, respondió: "Qué va, sería imposible, porque es un sitio muy concurrido y se habría enterado todo el mundo"
No obstante, Lavandero repitió que Toro iba ofreciendo explosivos a diestro y siniestro antes de agosto de 2001. "Me enseñó explosivos que decía que eran para ETA y que había encajado 200 kilos de explosivos a ETA, que estaría dispuesta a pagar mucho dinero a quien supiera hacer bombas con móviles". Tal y como lo dijo, lo matizó: "Creo que Toro nunca ha tenido relación con ETA, porque creo que los etarras son terroristas pero no son tontos. Para mí que Toro presumía de su relación con ETA, pero creo que era un alarde, una chiquillada".
El agente Campillo, el hombre que grabó en agosto de 2001 el chivatazo de Lavandero sobre Trashorras dentro de un coche, admitió que el testigo protegido le había hablado de que Toro manejaba "una cantidad inmensa de explosivos", pero que de ETA, nada. "No recuerdo que me dijera nada de ETA", subrayó. El propio Lavandero llegó a admitir que a la Guardia Civil no le había contado nada de estas relaciones entre asturianos y etarras, algo que sí aseguró haberle relatado a la policía. El testigo protegido insistió en que, ya en 2001, lo que ofrecía Toro era Goma 2 ECO. Ni Campillo ni Lavandero volvieron a estar en tratos con Toro y Trashorras desde el verano de 2001, según admitieron ambos.
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