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Una terrorista alemana que nunca se arrepintió sale en libertad

La líder de la Baader-Meinhof ha cumplido 24 años de cinco cadenas perpetuas

Veinticuatro años entre rejas ha cumplido la terrorista Brigitte Mohnhaupt de la condena a cinco cadenas perpetuas y 15 años por su participación en nueve asesinatos y varias tentativas. En la madrugada de ayer, la que fuera líder de la segunda generación de la banda terrorista alemana conocida como Grupo Baader-Meinhof o Fracción del Ejército Rojo (RAF) dejó la prisión bávara de Aichach en libertad condicional.

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La concesión de libertad a Mohnhaupt, decidida hace algo más de un mes por el mismo juzgado que la condenara en 1985, ha dado mucho que hablar durante semanas. La noticia coincidió con la publicación de la solicitud de indulto de Christian Klar, otro miembro de la Baader-Meinhof. Durante varias semanas revivió en las portadas de la prensa culta y sensacionalista la sombra del grupo.

Mohnhaupt ha cumplido más de la mitad de sus 57 años en prisión. Tras su primer encarcelamiento de cuatro años y ocho meses por tenencia ilícita de armas, pertenencia a banda criminal y falsificación de documentos, Mohnhaupt tomó en 1977 las riendas de la RAF y organizó la ofensiva terrorista que pasó a la historia como "el otoño alemán", dirigida en primer orden a la liberación de los dirigentes de la RAF Andreas Baader, Gudrun Ensslin y Jan-Carl Raspe. Se saldó con los asesinatos del jefe de la patronal Hanns-Martin Schleyer, el banquero Jürgen Ponto y el fiscal federal Siegfried Bubak y con varias victimas colaterales entre chóferes, guardaespaldas y policías. Fracasado del secuestro de un avión de Lufthansa, los cabecillas presos se suicidaron en la cárcel de Stammheim.

El "otoño alemán" desató una histeria social y política que polarizó a la sociedad: la enorme mayoría estuvo de acuerdo con las medidas represivas aplicadas por el Gobierno del socialdemócrata Helmut Schmidt, mientras que una minoría crítica se radicalizó y empezó a simpatizar con la RAF, cimentando una tercera generación de terroristas.

La RAF es un fenómeno mediático y cultural desde hace años. Los "violentos anarquistas" buscados en los setenta por la policía criminal ejercen aún gran fascinación sobre algunos jóvenes de clase media universitaria que los comparan favorablemente con aquellos izquierdistas de su generación que prefirieron ser ministros. Protagonizan exposiciones, películas, números enteros de revistas sesudas o portadas de modas. En 2002 se habló hasta el hartazgo de la "moda RAF": patillas, gafas de sol, peinados.

"Fantasías de violencia"

Cabe preguntarse dónde quedaron las motivaciones políticas del grupo. Para Gerhart Baum, miembro del partido liberal (FDP) y ministro de Interior encargado en los ochenta de luchar contra la banda, su motivación "no puede reducirse a meras fantasías de violencia y afán asesino". Algunos antiguos miembros se dedican a explicarlo en libros, programas de televisión y entrevistas. Así, el veterano Karl-Heinz Dellwo contaba ayer al diario berlinés Tagesspiegel cómo pasó sus 21 años de cárcel "estudiando a Mao, leyendo a Camus y dedicando mucho tiempo a Sartre". Otros, como Horst Mahler, han evolucionado de la izquierda radical de los sesenta a la ultraderecha racista del tercer milenio.

En cuanto a la liberada ayer, Brigitte Mhnhaupt anunció que va a seguir sin conceder entrevistas ni participar en programas de televisión. Según pisó la calle pidió a los medios que la "dejen en paz". Aunque se ha distanciado de sus actos, la Mohnhapt no ha dicho una sola palabra de arrepentimiento.

Brigitte Mohnhaupt camina esposada a un policía en una foto de 1983.
Brigitte Mohnhaupt camina esposada a un policía en una foto de 1983.AP

Tres compañeros siguen en prisión

Si bien Brigitte Mohnhaupt es la más conocida de los terroristas que hasta ayer seguían encarcelados, quedan otros tres antiguos miembros de la Baader-Meinhof en prisiones alemanas. El más notorio es Christian Klar, de 54 años, detenido junto a Mohnhaupt en 1982 y condenado como ella a cadena perpetua en 1985 por los asesinatos de Hanns Martin Schleyer, Jürgen Ponto, Siegfried Buback y sus acompañantes.

Klar ha solicitado el indulto al presidente federal. Junto al anuncio de la liberación de Mohnhaupt, esta solicitud abrió un debate sobre la conveniencia de tratar a terroristas como a presos comunes. El propio Klar se puso la zancadilla con su discurso en la conferencia anual Rosa Luxemburgo, organizada por grupos de izquierda con el apoyo de dos sindicatos mayoritarios. La de este año contaba con dos invitados especiales: Arnaldo Otegi habló en euskera por videoconferencia sobre "la lucha internacionalista" y Christian Klar mandó el discurso inaugural para su lectura. Ambos recogieron calurosos aplausos. Afirmó Klar que "una alianza imperial" dirige Europa y llamó a "hacer valer los derechos de las masas". Varios políticos conservadores entraron al trapo, como el presidente de la bávara unión socialcristiana (CSU) Markus Söder, que pidió que Klar "esté hasta el final de su vida" en prisión.

El código penal alemán contempla la libertad condicional para condenados a cadena perpetua una vez cumplidos el mínimo de 15 años, si la liberación no es un riesgo para "el interés de la seguridad general". Otra posibilidad es el indulto del jefe del Estado, aunque el presidente federal Horst Köhler no se ha pronunciado aún sobre el caso Klar.

Las otras dos condenadas son: Eva Sybille Haule, de 52 años, miembro de la tercera generación de la RAF. Condenada en 1994 por tres asesinatos y 23 tentativas. Birgit Hogefeld, de 50 años, condenada en 1996 por un asesinato y un atentado con bomba. Ninguna de las dos podrá salir antes de 2009.

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