A pie y con maletas
Las escaleras mecánicas y el ascensor de la estación de Chamartín están estropeados desde hace 10 meses
Junto a los primeros 65 escalones, antes de que los operarios de Metro lo borrasen, se podía leer en la pared: "No somos Rocky" o "Dejad de imaginar: estamos en el siglo XXI". En la estación de Chamartín, de la línea 10 (Fuencarral-Puerta del Sur), que usan unas 5.500 personas a diario, los viajeros suben los tres tramos de escaleras blasfemando y acordándose de los políticos de la región. Otros lo hacen al trote, como Sylvester Stallone subía las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia, aunque a veces arrastrando a trompicones sus pesadas maletas o cochecitos de bebé. Desde hace 10 meses, cuando abrió de forma provisional la parada de la línea 10, la estación carece de escaleras mecánicas y ascensores.
Chamartín, que está siendo remodelada para que enlacen tres líneas de metro, conecta la línea 10 con la estación de Renfe de Cercanías y larga distancia. Muchos viajeros utilizan el metro como último transporte antes de un viaje. Con las maletas a cuestas, los 85 escalones, de unos 25 centímetros cada uno, anuncian un calvario ineludible.
Loli y Yolanda, de 63 y 59 años, respectivamente, acaban de llegar de Egipto. En Chamartín cogen el tren para volver a Galicia. Paran frente a la pendiente, resoplan y afrontan de mala gana el reto: "Es inadmisible. Se nota que el que ha pensado esto no usa el transporte público", protestan asiendo con fuerza sus bultos. Lentamente, haciendo un alto cada 10 escalones, desaparecen en el horizonte de peldaños.
"Cuando abrimos la estación, ya advertimos de que iba a estar un tiempo sin escaleras mecánicas ni ascensor", explica una portavoz de la Consejería de Transportes. "Creemos que es mejor eso que mantenerla cerrada. Un ascensor provisional es inviable. No es tan fácil. Esperamos que la estación pueda ser inaugurada a finales de marzo".
"Los viajeros llegan arriba bastante mosqueados. Muchos vienen a quejarse", revela un empleado de la estación. "Llevamos así mucho tiempo. Dijeron que iba a inaugurarse a finales de febrero, pero seguimos esperando", insiste ¿Y los discapacitados? "Ellos ni pueden parar aquí. A algunas personas les organizamos otras combinaciones para ahorrarles el trago".
Pero el trago hace tiempo que es largo y amargo. "Lo de Chamartín es grave porque es una estación que conecta con los trenes de Renfe. Pero no es una novedad. Sólo son accesibles el 60% de las paradas de metro", denuncia Manuel Francés, secretario de Accesibilidad de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid). "Lo peor es cuando en el mapa aparece un símbolo de accesibilidad y luego no funciona el ascensor, como ha pasado durante más de dos meses en la estación de Islas Filipinas", añade.
Hoy, quien vive pegado a una silla de ruedas en Madrid y se desplaza en metro no puede hacer planes cerca de las estaciones de Ópera, Diego de León, Alonso Martínez, Avenida de América, Bilbao, Manuel Becerra o San Bernardo...
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