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Casi la mitad de las abuelas que cuidan a sus nietos lo hace a diario

Las mujeres empleadas valoran más la ayuda de su madre que la del marido para conciliar

Carmen Morán Breña

El 70% de las mujeres mayores de 65 años han cuidado años atrás a sus nietos o los cuidan en la actualidad. Del 22% de las mujeres que los cuidan ahora, casi la mitad lo hace a diario, como si se tratara de un trabajo fijo. Estos datos son un avance de la última encuesta de Condiciones de Vida de las Personas Mayores del Imserso, que ayer se presentaron en el I Congreso de Abuelos en Marcha. Otro sondeo entre madres trabajadoras certifica que sin la ayuda de las abuelas no podrían trabajar: las mujeres valoran más la ayuda de la madre que la del marido para conciliar.

Las mujeres han encontrado un trabajo remunerado, pero sus horarios no son compatibles con la crianza de los hijos. El 33% de las madres entra a trabajar antes de que abra el colegio y el 59% aún no ha acabado cuando el colegio cierra. Cuando eso ocurre, una legión de abuelas (maternas, en su mayoría) suple con su oficio la escasez de ayudas institucionales con las que cuentan las nuevas familias y la incompatibilidad de horarios. El 22% de las mujeres mayores de 65 años cuida en la actualidad de sus nietos. De ellas, un 44% lo hace a diario, un 30% varias veces a la semana y un 25% con una frecuencia menor. Estos datos son un avance la encuesta sobre condiciones de vida de los mayores que elaboran el Imserso y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los dio a conocer ayer la presidenta del Observatorio de Personas Mayores, Mayte Sancho.

El I Congreso de Abuelos en Marcha (Abumar) celebrado ayer en Madrid reunió a expertos de diversas universidades españolas que expusieron las características de la vida actual de las abuelas y abuelos de hoy. Gente con una mayor independencia económica que antaño, pero que no puede desarrollar del todo una vida propia porque han de hacerse cargo de sus nietos en mayor o menor medida. Los expertos dijeron ayer que afirman hacerlo con gusto, que son felices de estar con sus nietos y que no se perdonarían dejar que sus hijas abandonen sus trabajos por criar a los niños. Una encuesta entre 1.200 madres trabajadoras que expuso la investigadora Constanza Tobío, de la Universidad Carlos III, pone de manifiesto que las principales dificultades que encuentran estas madres para compatibilizar familia y empleo son las imprevistas enfermedades de los críos (el 36% respondió eso en primer lugar), la falta de coordinación de los horarios laborales y escolares (23,6%) y las vacaciones de los niños (20,8%). Pues bien, cuando los niños se acuestan sanos y se levantan con fiebre son las abuelas en el 49% de los casos quienes se ocupan de ellos; cuando están de vacaciones escolares y sus padres trabajan, son los abuelos los que se hacen cargo en el 53% de los casos; y de nuevo son los abuelos, en un 18% de los casos los que llevan al niño a la guardería y los que lo recogen (25%). Con estas mimbres no es de extrañar que las madres trabajadoras digan que es el trabajo de estas abuelas lo que más las ayuda. Así lo opina el 26,7% de ellas. Por debajo está la ayuda del marido o pareja (24,7%). Muchos años atras, cuando no estaba la madre, estaba la abuela, ahora casi podría decirse que, cuando no está la abuela, la madre tiene que estar. Es decir, tiene que faltar a su trabajo: lo hace el 14% de las encuestadas si no está la abuela, porque los maridos sólo faltan en un 4,7% de los casos. O se los llevan con ellas al trabajo (6,8% de los casos). Cuando falta el colchón de los abuelos la pareja puede sufrir consecuencias imprevistas, por ejemplo, tener que coger las vacaciones separados, por turnos. Todos estos datos los ofreció Constanza Tobío. Y la doctora de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona Carme Triadó, aportó algún otro dato. En sus encuestas se revela que algunas mujeres deciden tener menos hijos de los que quisieran porque la abuela está lejos de su casa.

"¿Y los padres?"

Anna Freixas, doctora en la facultad de Educación de la Universidad de Córdoba, lamentó que la falta de asistencia social para estas familias impida a las mujeres mayores y no tan mayores posponer el encuentro con sus propios deseos por seguir con la obligación de cuidar, ahora, a los nietos. Sus reflexiones fueron valientes y aplaudidas: "Cuando las abuelas solucionan los problemas de sus hijas están impidiendo de alguna forma que ellas negocien con sus parejas. ¿Dónde están los padres, o esos señores que se pasan horas jugando a la petanca?", se preguntó. "No cambiará la sociedad si no se interpela a los varones". "La riqueza de ayudar a las hijas no podemos disfrutarla sólo nosotras. Ellos se enriquecerán y nosotras nos aliviaremos".

EL PAÍS (Fuente: Universidad Carlos III, encuesta a 1.200 madres trabajadoras.)

El síndrome de la esclavitud pasados los 65

¿Qué hay del síndrome de la abuela esclava? No hay mucha literatura científica al respecto. Se sabe del papel a agotador que están desempeñando muchas abuelas al cuidado de sus nietos, pero también es cierto que el sentimiento de soledad declarado en la encuesta que estos días elabora el Imserso y el CIS, indica que desciende del 26,8% al 13,4% cuando los abuelos cuidan a sus nietos. Una pequeña encuesta elaborada por el Grupo de Investigación en Gerontología de la Universidad de Barcelona entre abuelas que cuidan de sus nietos más de 12 horas semanales (no se encontraron abuelos con esas características) revela que algunas se habrían sentido decepcionadas si sus hijas no les hubieran pedido ese favor y la mayoría se muestra satisfecha porque eso les hace sentirse útiles. Sin embargo, cuando se les pregunta si se sienten esclavas en alguna medida, responden que lo ven en otras, que son demasiado mayores. La edad promedio de éstas que respondían era de 75 años.

La profesora Anna Freixas opina que algunas no se atreven a decir a sus hijas que no pueden con tanta carga porque desde siempre las han educado para que sean buenas esposas, madres y abuelas. "Tampoco quieren, añadió que las hijas les digan: vale, mamá, pues no te los vuelvo a dejar".

"Estar jubilado no es ser anciano por decreto"

Estar jubilado o ser abuelo no significa incorporarse a la "ancianidad por decreto, porque la sociedad pierde el concurso de gente bien preparada". Lo dijo Ramón y Cajal y ayer lo repitió el profesor de la Universidad de la Coruña Gerardo Hernández: "Se es viejo cuando se pierde la curiosidad intelectual". Un estudio exhaustivo concluyó que en Andalucía hay 1.556.169 abuelas y abuelos. Un cálculo "grueso" podría elevar esta cifra a unos ocho millones para toda España. Es la base social con la que ha de trabajar la Asociación Abuelos en Marcha (Abumar), que ayer celebró su I Congreso nacional. Los directivos de esta acociación, Marisa Viñes y Antonio Jiménez, pidieron ayer soluciones a la Administración. "Ayudas y mucha información" para los abuelos, "sobre todo para aquellos que tienen que hacerse cargo por completo de nietos, pequeños y mayores, porque sus padres han muerto, de sida, o de lo que sea", dijo Viñes.

Para aquellos abuelos que no tienen estas obligaciones tan severas, el profesor Gerardo Hernández les recomendó "enamorarse cada día" sin que la jubilación les aplaste. Porque quizá no es del todo cierto que "se es viejo cuando se dan buenos consejos porque ya no se pueden dar malos ejemplos", bromeó.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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