Primero el Corán, después la ley
Una juez alemana niega el divorcio a una mujer musulmana al considerar que el islam ampara la violencia
Gran escándalo en Alemania. La causa, que una juez de familia justificó que un hombre maltratara y amenazara de muerte a su esposa porque "ambos proceden del ámbito cultural marroquí, donde no es inhabitual que los hombres hagan uso del derecho a aplicar correctivos a la mujer".
En dos escritos, la juez se valió así de argumentos religiosos para disuadir de la solicitud de divorcio rápido a una mujer agredida y amenazada por su esposo. La juez ya ha sido apartada del caso.Se trata de dos notificaciones dirigidas a la abogada de una joven alemana de origen marroquí que, tras conseguir que un tribunal condenara a su agresor y todavía marido a no aproximarse a menos de 50 metros de ella, solicitó la aceleración de su proceso de divorcio.
El derecho alemán ordena un año de separación previa para que se conceda un divorcio definitivo, a menos que una de las partes demuestre circunstancias que hagan "intolerable" el cumplimiento de dicho plazo. A la juez Christa D., de 54 años, las agresiones y amenazas demostradas por la solicitante no bastaron para la concesión del divorcio. "La solicitante", razona la juez, "debería haber contado con eso" cuando decidió casarse en Marruecos por el rito islámico con un hombre educado en las costumbres y la religión locales.
Tras recibir el escrito, la abogada solicitó la recusación por parcialidad de la juez. La reacción de Christa D. fue no enmendarla. En un segundo escrito, la juez de familia insistió en que para los musulmanes "el honor del hombre, por decirlo de manera simple, se asocia con la castidad de la mujer; de modo que, en definitiva, que la esposa de un hombre educado en la cultura islámica se comporte según las reglas occidentales ya supone para él una lesión del honor". Citó la juez el versículo 34 de la cuarta sura del Corán, que insta a los hombres a golpear a sus esposas desobedientes. El pasado miércoles fue apartada del caso.
Demasiado tarde para evitar la polémica. Las argumentaciones de la juez soliviantaron a diestra y siniestra. Se le acusa de primar el Corán sobre la Constitución y las costumbres sobre los derechos humanos. La cuestión es hasta qué punto responden sus escritos a la normalidad alemana, donde millones de ciudadanos descienden de inmigrantes que llegaron desde países en los que el Islam es la religión mayoritaria.
El presidente del Consejo Alemán del Islam, Ali Kizilkaya, no tardó en asegurar que su religión "no permite que se apliquen correctivos físicos a las esposas". Fuentes del Consejo Central de los Musulmanes en Alemania declararon además que la violencia es, también en el Islam, causa de divorcio.
Menos condescendiente fue el secretario general de los cristianodemócratas (CDU), Ronald Pofalla, para quien "si el Islam está por encima de la Constitución, sólo puedo decir: Adiós muy buenas, Alemania".
Por su parte, la ministra de Justicia, Brigitte Zypries, dijo que la juez no puso el Corán por encima de la Ley fundamental, aunque admitió que es "de esos casos que lees en el periódico y te llevas las manos a la cabeza". Y que resultan un filón para la prensa sensacionalista, cuyo buque insignia, el Bild Zeitung, se preguntaba ayer a toda página "¿En que país vivimos?".
La abogada y activista Seyran Ate respondía ayer a esta pregunta en conversación con este periódico: "En un Estado con dos sociedades paralelas, en la que una sigue sus propias normas y criterios con la connivencia de la otra". Ate, que lleva años criticando las consecuencias de la segregación cultural entre los inmigrantes y el resto de ciudadanos alemanes, agradecía a la juez que "por lo menos" articulara "lo que lleva años siendo moneda corriente en Alemania".
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