"Estoy a favor de los minipisos porque hay que hacer viviendas que se puedan pagar"
Fernando Martín Álvarez (Trigueros del Valle, 1947) es presidente y principal accionista de Fadesa, la inmobiliaria que acaba de adquirir desde su grupo Martinsa por 3.500 millones de euros. No le gusta que le llamen multimillonario, pero lo cierto es que es uno de los más claros ejemplos de los nuevos ricos del ladrillo que han amasado una fortuna gracias al boom inmobiliario. Como otros empresarios del sector tiene unos orígenes humildes, pasión por el fútbol (fue presidente del Real Madrid durante unos meses) y un patrimonio bursátil extraordinario (Unión Fenosa, BBVA, Santander y Telefónica).
Pregunta. La Caixa vende Colonial; la familia De los Santos vende Riofisa y usted le compra Fadesa a la familia Jove. ¿Qué está pasando en el sector?
"En 2010 el beneficio de Fadesa-Martinsa proveniente del extranjero estará en el 50%, y en cinco años vamos a triplicar la facturación"
"Todos los beneficios los he revertido en la empresa. No tengo ni fincas ni barcos ni aviones. Ni los quiero ni me interesan"
"Hay una nueva clientela, que son los divorciados, los separados, los viudos, con una enorme demanda de vivienda pequeña"
Respuesta. Lo que pasa es que gente emergente ha comprado a las más grandes. Y eso significa que las compañías muy familiares y muy bien gestionadas que se han aprovechado muy bien del ciclo y se han dado cuenta de que toca cambiar, de que hay que ganar tamaño para estar en el mundo. Y en los próximos años va a seguir habiendo concentración. El sector inmobiliario está muy atomizado: entre las seis constructoras más importantes se llevan el 70% de la obra civil. En cambio, de las 10 inmobiliarias más grandes no llegan al 6%. No puede ser que cualquier señor monte una inmobiliaria.
P. ¿Por qué Fadesa?
R. Con la compra de Fadesa queremos crecer, tener tamaño y estar en Bolsa. Es la primera inmobiliaria por número de viviendas, por metros cuadrados de suelo y por valor de activos, superando a Inmocaral. Fadesa Martinsa tendrá unos activos a 31 de diciembre de 12.963 millones de euros, de los que Fadesa aporta 10.536 y Martinsa 2.427 millones. Además tiene hecha la internacionalización, está en 13 países y 14 comunidades autónomas. Y cuenta con 26 millones de metros cuadrados edificables. Eso significa suelo para hacer 300.000 viviendas. Y tenemos precomercializadas ya 17.000 viviendas, lo que significa que tenemos asegurados los resultados de los próximos dos años.
P. ¿Planes más inmediatos?
R. Antes del 30 de junio quiero que se aprueben las fusiones por ambas juntas. Lo primero, internacionalización. En 2006 el beneficio que viene del extranjero ha sido del 20%; en el 2007 va a estar por encima del 30%, y en el 2010 será el 50%. Y en cinco años vamos a triplicar la facturación. Hay un plan estratégico hecho por McKinsey, y ahora vamos a incorporar a ese plan a Martinsa.
P. ¿Está asegurada la financiación para la compra de Fadesa?
R. El problema de financiación es nulo. Teníamos 18 meses para hacer la ampliación de capital y lo hicimos el primer día. Y los inversores hubieran sobresuscrito hasta cinco veces esa ampliación. De los que han entrado, tenemos dos de las tres cajas de ahorro más importantes (Caja Madrid y Bancaja), ya que Caja Madrid entrará como accionista cuando salga de Realia dentro de un año.
P. Pero siempre mantendrá la mayoría para evitar que suceda lo que en Metrovacesa que se va a partir en dos.
R. Ningún inmobiliario puede ser socio nuestro, el criterio es incorporar inversores que no compitan con nosotros en este sector. No se trata de un asunto de mayorías. Y en el nuevo consejo se ha potenciado los independientes, habiendo podido hacer un consejo dominado por mí he hecho uno plural.
P. Manuel Conthe le acusó de haber utilizado información privilegiada en la operación y al día siguiente se desdijo. Lo cierto es que un día antes la acción de Fadesa subió un 12%.
R. Me pidió disculpas porque tenía absolutamente claro que no había sucedido nada. Sólo yo y, el último día, mi director de inversiones, sabía que iba a comprar Fadesa. Lo de la subida será culpa de quien sea pero no mía.
P. Estamos al final de un ciclo inmobiliario y se compra una inmobiliaria.
R. En estos momentos es cuando hay que hacer las fusiones y las compras. En crisis es cuando más se gana, y es cuando las compañías tienen que demostrar su solvencia y su capacidad. No hay ninguna preocupación porque el sector vaya mal. El ciclo se va a moderar y eso es necesario, conveniente y bueno para los ciudadanos y para los empresarios. Hay una gran demanda de vivienda pero tenemos que hacer las que la gente demanda: viviendas protegidas, para inmigrantes...
P. O sea, que está a favor de los minipisos de la ministra de Vivienda, de los de 25 metros cuadrados.
R. Sí, pero porque hay que hacer los pisos que la sociedad demanda y que la gente puede pagar, y no cabe duda de que tenemos que ir a pisos de tamaño más reducidos. Puede que 25 metros no sean suficientes, pero sí, por ejemplo, 35 metros. Y hay una nueva clientela que son los separados, los divorciados, los viudos, con una enorme demanda de vivienda pequeña. Y cada vez va a tener más incidencia la vivienda protegida, entre un 25% o un 30%.
P. Dice el Banco de España que el precio de la vivienda está sobrevalorado.
R. Estoy en absoluto desacuerdo. Es cierto que el precio tiende a moderarse y que debería ir creciendo en torno al IPC, pero no va a bajar Y la demanda va a mantenerse en el entorno de las 500.000 a 550.000 viviendas anuales y, de ésas, unas 80.000 serán de inmigrantes. Nada de pinchazo inmobiliario. Tenemos salud y salud boyante.
P. ¿Le molesta que le llamen rico del ladrillo?
R. Me molesta que me llamen rico, porque soy rico en trabajo, en ilusión y en esfuerzo pero nada más. Soy humilde y quiero seguir siéndolo. Nadie me ha regalado nada.
P. ¿Y le parece ético que los inmobiliarios hayan amasado fortunas a costa de que las familias estén más endeudadas que nunca?
R. Lo importante es que lo que tengas repercuta en al sociedad. Todos los beneficios los he revertido en la empresa. Por tanto, generan más empleo y das a la sociedad aquello que he recibido de ella. Hay que devolver a la sociedad lo que te ha dado. Y de la única forma que no se le devuelve es disfrutándolo uno mismo. No tengo ni fincas ni barcos ni aviones, ni quiero ni me interesa.
P. ¿Pero la imagen del inmobiliario español no es la de El Pocero?
R. No, todo lo contrario. No me quiero identificar con ninguna persona, pero el empresario inmobiliario ha trabajado mucho, aunque ha jugado con el viento a favor. Pero esto son etapas. Hay que montar empresas capaces de sostenerse en el tiempo.
P. ¿Y la corrupción urbanística?
R. No hay un problema de corrupción. Y se corrige con transparencia y agilidad en los acuerdos urbanísticos de los ayuntamientos.
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