Artefactos con parecidos más que razonables
Las tres bombas que fallaron el 11-M estaban montadas de manera similar y con el mismo explosivo
Las tres bombas que no estallaron el 11-M cada vez se parecen más. Las tres iban en bolsas o mochilas. Las tres tenían en su interior una bolsa tipo basura, con las asas amarillas. Las tres contenían una sustancia blanquecina, marfileña, tipo plastilina, que los expertos identifican como Goma 2 ECO. Las tres pesaban unos 10 kilos. Dos tenían, con seguridad, un teléfono móvil en su interior, con cables saliendo de la carcasa. Y estos elementos comunes -bolsas azules, las mochilas o bolsas de modelos diferentes, la dinamita, los detonadores y los móviles- fueron hallados entre los escombros del piso de Leganés donde se suicidaron las personas cuyo rastro está en los escenarios de la matanza y, además, reivindicaron el 11-M.
Las tres bombas contenían una sustancia blanquecina marfileña, tipo plastilina, que los expertos identifican como Goma 2 ECO
"De lo que estoy seguro es de que, tras la revisión de los artificieros, no había ninguna mochila con explosivos en El Pozo", dijo el jefe de los Tedax
Todos los elementos hallados en los escenarios confluyen en el piso de Leganés donde se suicidó el 'comando' del 11-M, dijo entonces Acebes
Las declaraciones en el juicio del artificiero al que le estalló una bomba que manipulaba en la estación de Atocha y de los dos máximos responsables a pie de obra de los Tedax -incluida la titubeante y atribulada de Juan Jesús Sánchez Manzano, el jefe que confesó: "Yo no soy Tedax"- aportaron datos sobre los parecidos más que razonables entre las bombas.
- Un macuto en El Pozo. Manzano, asaeteado a preguntas como si fuera un acusado de los atentados, relató cómo los artificieros que actuaron en la estación del Pozo del Tío Raimundo descubrieron en los andenes, a la altura del vagón número 3, "una bolsa con una bomba, con un teléfono móvil arriba y una bolsa de basura azul". El auto de procesamiento del juez Juan del Olmo subraya en su página 55, a tenor de las declaraciones de tres desactivadores, que lo que encontraron fue una bolsa, tipo macuto, "de color azul muy oscura y negra", en cuyo interior había una bolsa de basura "azul clara, casi transparente", "con un cordón amarillo". Encima vieron un teléfono móvil, de modelo antiguo, del que salían "unos cables negro y rojo".
El jefe de los Tedax de Madrid, José María Cáceres, explicó que intentaron desactivarla pensando que se trataba de un explosivo tipo C-3 o C-4, tipo militar y de alta potencia, pero ya a sabiendas de que no era ni Titadyne y Goma 2 EC. Le dispararon un chorro de agua de alta presión, un disruptor lo llamó, pero explosión. "Se usaron medios disruptores, agua a gran potencia, que es un sistema perfecto para C-3 o C-4, pero no para Goma 2 ECO. Por eso y por las pruebas posteriores creemos que es por lo que estalló", aseguró. El croquis que hicieron posteriormente los Tedax describía el explosivo como una masa blancuzca, tipo plastilina.
- La mochila colegial de Atocha. Prácticamente al mismo tiempo que los artificieros intentaban desactivar la bomba del Pozo, otro subinspector de los Tedax de Manzano se enfrentaba a otra bomba en un vagón de Atocha. El agente, según relató la semana pasada en el juicio, comenzó a revisar el tren empezando por el primer vagón. "El vagón estaba vacío, sólo había una mochila en el medio del pasillo, en el suelo, nada más entrar a la izquierda. Era de color gris, tipo colegial, con un asa rota y estaba boca abajo, con las asas para arriba", contó.
El artificiero la abrió un poco y pudo ver en el interior "una bolsa de basura azul de color muy transparente, con masa blanquecina de color marfil". El hombre la palpó con las manos y la sopesó. "Era muy pesada y contenía una masa, estaba toda llena de la misma masa". Para él que era como de "diez kilos". Lo primero que dijo, según el auto de procesamiento, fue: "Vámonos de aquí".
Al cabo volvió para enfrentarse con ella. Cuando se estaba poniendo el traje de protección, sus compañeros del Pozo le llamaron para contarle que habían visto dentro de la bomba que atacaban un móvil, los cables y la masa explosiva. Utilizó un sistema muy parecido al de su compañero. También se le fue. En el juicio declaró que él ya había visto antes un explosivo similar y que podría ser Goma 2. José María Cáceres, por su lado, narró que, dada su experiencia, lo primero que le quedó claro es que no era Titadyne, la dinamita usada por ETA desde que robó varias toneladas en Francia en 1999, sino más bien Goma 2 ECO, dado el aspecto de la sustancia, así como el olor, el color del humo y su velocidad de detonación.
- La bomba ubicua de Vallecas. De esta bomba, la única desactivada, se sabe casi todo lo que contenía pero tiene un problema de ubicuidad. "De lo que estoy convencido es de que tras la revisión de los Tedax, no había ninguna mochila con explosivos en el Pozo", aparte de la explosionada, declaró Cáceres. Sus hombres, aclaró, tenían instrucciones de revisar los trenes dos veces, de adelante atrás y viceversa. "Pues ellos hicieron cuatro veces la revisión". No obstante, hizo dos precisiones. Una: "Si se la llevaron antes, no lo sé". Otra: "Las montañas de objetos que había en el andén, fuera, no le puedo decir si la inspeccionaron pero... todo lo que hubiera, si había algo en el andén, lo miraron".
Los objetos amontonados en el andén, según el auto de Del Olmo, fueron recogidos por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, de la Municipal y por miembros del Servicio de Limpieza Urgente (Selur). Los efectos acumulados formaban "una pirámide de unos cinco metros de diámetro y dos metros de altura", que fueron introducidas en 12 bolsones de basura del Selur. Uno de esos bultos, según el policía al mando del dispositivo de seguridad, era "una bolsa de deportes estilo antiguo", de "unos 50 centímetros de longitud, y unos 20 ó 30 de alto, de color azul desteñido y asa corta". Un trabajador del Selur la metió en un bolsón aparte.
Tras viajar hasta el Ifema, previo paso sin parada en la comisaría de Vallecas, regresó a este punto, que era el que inicialmente se había determinado. Allí, entre la misma pirámide, fue localizada la bomba que fue desactivada en el Parque Azorín. Hoy, lunes, el artificiero que la desactivó sin duda relatará los detalles de su trabajo. La semana pasada, Sánchez Manzano ya dijo que él le echó un vistazo somero con el Tedax, el operador número 1. "Arriesgó mucho" para salvar las pruebas "y utilizó medios manuales", añadió Cáceres. El operador número 1 lo relatará mejor y dejará claro cómo una bomba no está desarmada hasta que no están separados sus componentes. Estos ingredientes eran: bolsa de deportes, bolsa azul transparente con cordón azul, un móvil, cables rojo y azul, un detonador UEB y lo que resultaron ser 10 kilos de Goma 2 ECO.
- Otra bolsa azul. Fue la primera bolsa de basura azul transparente que se encontró, bajo el asiento derecho de la furgoneta Renault Kangoo hallada el mismo 11-M en Alcalá de Henares. Dentro tenía un trozo de Goma 2 ECO de unos dos centímetros de diámetro, siete detonadores UEB con cables rojos y azules y dos metros de cable, del mismo color. La bolsa, por fuera, tenía dos huellas dactilar, que han sido identificada como perteneciente a Daoud Ouhnane, uno de los supuestos terroristas huidos. Este argelino fue identificado, de forma sorpresiva, por una testigo víctima del atentado durante el juicio. Esta mujer ha creído durante tres años que la persona que vio en el tren que tomó en Alcalá a las 7.10 o 7.15 colocando bajo un asiento "una bolsa normal, de tela, con cremallera, no una mochila, de colores oscuros", era el procesado Basel Ghalyoun. En la vista declaró que por fin sabía quién era esa persona: Ouhnane. Iba "demasiado abrigado para el día que hacía", con "un abrigo negro y una bufanda igual que el gorro... algo hecho a mano". Ésta es una descripción casi idéntica de la que hizo Luis Garrudo, el portero de una finca de Alcalá de Henares, de las personas que vio rondando la Kangoo, donde, precisamente, están las huellas de Ouhnane. Garrudo testificará esta semana.
- Todo está en Leganés. Todos los elementos hallados en los escenarios confluyen en el famoso piso de la calle de Carmen Martín Gaite, en Leganés, donde se suicidó el núcleo central del comando del 11-M, en palabras del entonces ministro del Interior, Ángel Acebes. Están los detonadores (238 en total), la Goma 2 ECO y otros elementos, tal como describe el auto de procesamiento: "Bolsas de plástico de las de basura, de color azul con cierre de color amarillo, mochilas y bolsas de deporte de diferentes modelos y materiales; nueve teléfonos móviles sin tarjeta SIM". Es decir, que quienes estuvieron en Asturias supuestamente para recoger explosivos, dejaron huellas y rastros genéticos cerca de los escenarios de la matanza, reivindicaron el atentado y se suicidaron tras despedirse de sus familias, tenían en su poder el mismo material con el que, según apuntan 140.000 folios de sumario, una comisión parlamentaria de investigación y lo que va de juicio, sirvió para matar a 192 personas (incluido el geo Francisco Javier Torronteras) y herir a casi 1.900 ciudadanos.
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