El Ayuntamiento emprende una amplia reforma urbanística del Carmel
Un año. El Ayuntamiento de Barcelona tiene ese tiempo para poner sobre papel la transfomación de buena parte del barrio del Carmel. El objetivo es esponjar y rebajar la densidad en las zonas más complicadas, las que se encaraman hacia el monte del Carmel. Menos piedra, un urbanismo más racional, más espacio público y equipamientos, ésa es la idea de fondo. La suspensión de licencias decidida hace dos semanas supone la imposiblidad de otorgar permisos de parcelación de terrenos, de edificación o de reforma y de rehabilitación de construcciones durante un año. "Queremos tener la garantía de que nadie se intente aprovechar", dice Elsa Blasco (ICV), la edil de Horta-Guinardó. Ese "alguien" son las promotoras que ya han empezado a asomar por el barrio en cuanto ha empezado a respirar tras el hundimiento del túnel, en enero de 2005.
El consistorio suspende licencias durante un año para proyectar una transformación que 'esponjará' el barrio
La intervención, que afectará a algunos vecinos, pretende crear espacio público, equipamientos y aparcamientos
Un estudio realizado por la Politécnica destaca que hay zonas con una densidad de 1.000 habitantes por hectárea
La transformación que se quiere hacer ahora supone la sustitución de los planes de reforma aprobados en 1986, bastantes de ellos pendientes de ejecución. Para tener un diagnóstico de la situación, el consistorio encargó un estudio a la Universidad Politécnica de Barcelona (UPC) que ha sido realizado a conciencia durante más de medio año por tres arquitectos. Han analizado la trama de calles y viales de 119 hectáreas, un suelo que se urbanizó y construyó de forma desordenada entre las décadas de 1950 y 1970. Según ese estudio, el 63% de la superficie está en manos privadas y el 36% es público. De éste, sólo el 3,6% es espacio público -plazas, jardines- y un 7,1% son equipamientos. El resto son viales. Lo que ya pone en evidencia dos de los problemas más graves: el espacio público y los equipamientos.
Densidad alta
Es un barrio con una densidad de población elevada. Sus 50.893 residentes dan una densidad media de 427 habitantes por hectárea. La cuestión es que es muy desigual y hay zonas en las que viven 800, 900 y hasta 1.000 habitantes por hectárea. Son puntos en los que en el interior de las manzanas se llegó a construir algo así como una segunda fila de edificios a los que sólo se puede acceder por estrechos pasadizos. Al oeste de la Rambla del Carmel la densidad media es de 531 habitantes por hectárea y al otro lado-más hacia el núcleo de Horta- de 231.
Otro de los puntos que pone de relieve el estudio es la falta de aparcamientos. El censo de vehículos de una de las áreas donde se propone actuar es de 8.700 mientras que las plazas de aparcamiento en edificios y superficie es de algo más de 5.000, por lo que el déficit es de más de 3.500 plazas.
La accesibilidad de gran parte de los edificios y de las propias calles es complicada, especialmente en la zona más alta de Calderón de la Barca o de Conca de Tremp.
Los arquitectos de la politécnica hablan de "auténticas barreras", con pendientes superiores al 8% en calles que son muy frecuentadas -el mercado del barrio se encuentra en medio la empinada cuesta de la calle de Llobregós- y en otras que se llega hasta el 15% de desnivel "que admiten el calificativo de muy incómodas y hasta peligrosas para el uso cotidiano".
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