_
_
_
_

Música, ambiciones y miseria humana en 'Anastezsi'

Una historia de aspiraciones, de ambiciones, de rivalidad llevada al extremo y de miedo al fracaso. Esto es lo que cuenta Anastezsi, segundo filme de Miguel Alcantud (Cartagena, 1971), que ayer fue presentado en la sección oficial de largometrajes del Festival de Málaga-Cine Español. Ganador en 2001 del premio a la mejor fotografía de este certamen por su primer trabajo, Impulsos, Alcantud plantea una cinta "contradictoria", pues, según apuntó, "es un thriller con luz, no el típico gótico, oscuro y que además trata de las miserias humanas no de forma negativa, sino en sentido positivo".

La historia de Anastzsi discurre en el sur de Italia, en un monasterio en el que se dan cita los mejores violinistas jóvenes de Europa con el fin de hacerse con un puesto de acompañante en el último concierto de un gran maestro, Balzer, personaje que interpreta el británico Derek Jacobi, actor que se ganó renombre por su participación en clásicas series televisivas de los años setenta como Yo, Claudio, donde encarnaba al emperador, y más recientemente por sus papeles en cintas como Gladiator o Gosford Park.

A esta cita acude el joven Valerio, interpretado por el italiano Stefano Scandaletti, quien confía estar ante la gran oportunidad de su vida, aunque pronto se da cuenta de que conseguir la plaza de acompañante puede conllevar más riesgos y peligros de lo que pensaba. "Qué eres capaz de hacer por preservar lo que quieres o conseguir lo que no tienes", se preguntó Alcantud para explicar esta deriva hacia el thriller de la historia.

El director comentó la satisfacción que había supuesto para él y para el equipo rodar en Italia -la cinta es una coproducción española, inglesa e italiana- y poder contar con dos grandes actores europeos como Jacobi y Ángela Molina (Miriam). "Contar con Derek Jacobi fue por admiración y a Ángela Molina la elegí porque era ideal para el papel, una mujer muy racial".

Jacobi resaltó que el personaje de Balzer le supuso todo un reto a su edad, ya que tuvo que aprender a tocar el violín. "Y es muy difícil", apuntó entre risas. "Trabajar con Alcantud ha sido un verdadero placer. Se ha mostrado muy atento conmigo durante el rodaje", dijo Jacobi, quien desveló una anéctoda: "Me susurraba al oído la palabra teatral para que me centrase y me amoldase al papel de Balzer".

Junto a ellos también participan otros dos actores españoles, Bárbara Goenaga y Juan Díaz, el televisivo hijo pijo de Juan y Paloma Cuesta de la serie Aquí no hay quien viva. Al igual que Jacobi, Díaz apuntó que lo más difícil del rodaje fue tener que aprender a tocar el violín. "Creo que es el instrumento más difícil para poder dar el pego en el cine sin que se note", dijo el actor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_