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Reportaje:

Un calabozo en el centro comercial

Nuevo proyecto de la policía británica para actuar contra la delincuencia

La imaginación de la policía británica para intentar luchar contra el crimen parece no tener límites. La última gran idea del Home Office es la construcción de calabozos en las calles comerciales y los grandes centros comerciales. Es lo que la prensa ya ha bautizado como cárceles Tesco, provocando la ira de la principal cadena de supermercados del país.

La iniciativa pretende la retención de sospechosos para tomarles huellas y muestras de ADN

Los británicos siguen vanagloriándose de no tener carné de identidad, aunque ya está en marcha la ley para implantarlo de forma paulatina y sólo obligatoria para los extranjeros que pretendan residir más de seis meses en el país y para los británicos que quieran tener un pasaporte. La ausencia de DNI tiene, entre otras, la consecuencia de que la policía no tiene más remedio que llevar a comisaría a los presuntos delincuentes que no quieren identificarse voluntariamente. Eso significa que los oficiales pierden mucho tiempo yendo a comisaría con los sospechosos y dedicados a tareas burocráticas.

La solución, dice el Ministerio del Interior, es crear calabozos en la calle en los que se podría retener hasta un máximo de cuatro horas a los sospechosos para fotografiarles, tomarles las huellas dactilares y unas muestras de ADN. Los calabozos serían de pequeño tamaño y con puertas transparentes, para tener vigilados a los sospechosos desde fuera. Ya puestos, la idea va más allá de los actuales poderes policiales al proponer que la toma de muestras se pueda aplicar a cualquier ciudadano sospechoso de cualquier delito. La ley actual sólo permite tomar las huellas, fotografías o ADN a los sospechosos de crímenes que se pagan con penas de cárcel. Ahora se extendería a cualquier delito, como el hurto en una tienda, los excesos de velocidad, el gamberrismo o simplemente tirar desperdicios al suelo.

Los supermercados parecen divididos ante la idea de tener calabozos en sus establecimientos. Un portavoz de Tesco consideró que eso no es necesario, porque entre sus guardas de seguridad y sus sistemas de cámaras de circuito cerrado ya se las apañan para luchar contra los clientes a los que se les va la mano sin pasar por caja. "Es un absurdo sugerir que va a haber ningún tipo de cárcel en Tesco", manifestó un portavoz de la compañía. Un representante de la cadena Asda se pronunció en términos semejantes y aseguró que la política de "tolerancia cero" y sus sistemas de seguridad son suficientes para luchar contra los chorizos.

Pero los prestigiosos grandes almacenes Selfridges reconocieron que están en conversaciones al respecto con la policía para probar el sistema en sus locales de Oxford Street, en el centro de Londres, aunque aún no se ha tomado ninguna decisión. Y el Consorcio Británico de Ventas al Detalle parece aprobar la idea: "En aquellos centros comerciales donde hay espacio adicional y en los que las tiendas quieren colaborar con la policía es un paso positivo para luchar contra los 10 millones de hurtos que se producen cada año", manifestó un portavoz.

Liberty, el grupo de defensa de las libertades civiles, se ha declarado totalmente contrario a la idea, por entender que iría en contra de la tradición legislativa de considerar a los sospechosos como inocentes hasta que se pruebe lo contrario y que supondría "una escalofriante presunción de culpabilidad". Liberty se opone en particular a la toma de fotografías, huellas dactilares y muestras de ADN a meros sospechosos y su envío al nuevo registro nacional de identidad que está poniendo en marcha el Gobierno. "Hace seis años", precisa este grupo, "las muestras de ADN servían para combatir los grandes crímenes. Ahora, el tirar desperdicios al suelo se quiere utilizar como una torpe excusa para una creciente base de datos a nivel nacional".

Tramo de Oxford Street, en pleno centro comercial de Londres.
Tramo de Oxford Street, en pleno centro comercial de Londres.REUTERS

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