Buteflika despliega el protocolo para superar tensiones en la visita del Rey
El presidente argelino alaba a Zapatero y omite toda referencia al contencioso del Sáhara
La visita de los Reyes a Argelia discurrió ayer en un ambiente relajado, inequívocamente positivo, que contrasta con las tensiones suscitadas en el país vecino por el desarrollo de la posición española sobre el conflicto de Sáhara. El presidente, Abdelaziz Buteflika, se empeñó en lograr ese objetivo, hasta el punto de que no hizo ni una alusión pública al conflicto base de las diferencias. Don Juan Carlos reiteró la posición española con palabras agradables para los anfitriones y éstos se esforzaron por sacar la subida de los precios del gas del contexto de esta visita.
El acto central discurrió en el mismo salón del Palacio del Pueblo donde, el pasado 12 de diciembre, Buteflika despidió a Zapatero con un insólito brindis en el que apeló a las responsabilidades coloniales de España para reclamarle un apoyo más decidido a la autodeterminación del Sáhara. Ayer, y aunque los síntomas del malestar de la dirección argelina se habían hecho más evidentes después de que, la semana pasada, el presidente del Gobierno español lanzara un llamamiento desde Rabat al Frente Polisario y a Argelia para que dialoguen con Marruecos sobre la base de una propuesta de autonomía que excluye la independencia de la ex colonia, Buteflika consumió los siete folios de su discurso, las únicas palabras públicas que pronunciará durante esta visita, sin aludir siquiera al contencioso de referencia.
Incluso recordó "con placer" el paso de su "amigo" Zapatero por Argel, y los "resultados importantes" que produjo, sobre todo "la confirmación del diálogo político de calidad" entre los dos países y la consolidación de la voluntad común de reforzar las relaciones económicas.
Un dirigente argelino que asistía al almuerzo oficial consideró que el silencio del presidente sobre el conflicto que envenena las relaciones de España con Marruecos y Argelia podía ser interpretado como un gesto de deferencia al Rey, que no pisaba Argel desde hace 24 años, o como una deferencia hacia un jefe de Estado que tampoco tiene en sus manos las riendas de la política española.
El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, opinó, en cambio, que Buteflika no había hablado del tema porque no tenía nada nuevo que añadir a la posición de Argelia, bien conocida, sobre todo desde el brindis de diciembre. También la posición española era notoria, pero el Rey la reiteró en su intervención, con términos casi idénticos a los del comunicado hispano-marroquí de la semana pasada. España estima "urgente" una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable para el Sáhara, negociada entre las partes en el marco de Naciones Unidas, que "asegure el principio de autodeterminación", según se dijo en Rabat, o que "prevea la libre autodeterminación", según expuso el Rey en Argelia.
No reiteró, en cambio, el "interés" expresado por Zapatero hacia la propuesta autonómica marroquí, lo que convierte a la posición española en plenamente aceptable para Argelia, dado que las diferencias surgen del hecho de que España dé por buena la oferta marroquí de que los saharauis se autodeterminen a través de una autonomía consensuada.
Moratinos puntualizó que la propuesta de Marruecos es para España sólo una más, "como la que puede hacer cualquiera", y dijo que corresponde a las partes aceptarla o rechazarla. También aseguró que en la entrevista de más de una hora que mantuvieron el Rey y el presidente argelino se había hablado abiertamente de este contencioso, para manifestar una voluntad común de que lo importante es fomentar el diálogo entre el Polisario y Marruecos.
Buteflika, que reconoció que había "querido ceder a las exigencias del protocolo", tampoco se refirió a otro tema importante para las relaciones bilaterales, como es el de la energía. Sí lo hizo el Rey, que elogió a Argelia como "un suministrador sereno y fiable", pocas horas después de que el ministro argelino de la Energía, Chakib Khalil, hiciera público por sorpresa que la estatal argelina Sonatrach negocia un aumento de los precios que carga a Gas Natural.
Khalil quiso reunirse ayer con los periodistas españoles para asegurarles que ese anuncio no tenía nada que ver con la visita de los Reyes, sino que se refiere a una negociación iniciada hace dos años, que, además de los precios, abarca elementos tan diversos como la entrada en funcionamiento, prevista para 2009, del primer gasoducto directo entre Argelia y España, la pretensión de Sonatrach de comercializar directamente su gas en el mercado español o el deseo de Gas Natural de participar en el gasoducto.
El ministro aseguró que la empresa española ha tomado ya una participación del 10% en Sonatrach, para lo que ésta le va a ceder 800 millones de metros cúbicos en el nuevo gasoducto, ya que hay que tener gas para ser accionista de la estatal argelina. Gas Natural está a la espera de recibir formalmente la oferta.
Fin de la política
Los aspectos más políticos de la primera visita de los Reyes de España a Argelia en 24 años se saldaron ayer, y no es probable que tengan oportunidad de replantearse en las aproximadamente 48 horas que durará todavía la gira. El almuerzo oficial de ayer fue la única ocasión de intercambiar palabras en público que incluye el programa de la visita.
Las entrevistas formales de don Juan Carlos y Buteflika han concluido también, aunque es probable que el presidente argelino acompañe a los Reyes a Orán el jueves y que puedan seguir conversando durante la jornada.
Tampoco hay mucho margen para que el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se entreviste con el Gobierno argelino, ya que hoy acompaña a los Reyes en una visita a un oasis del desierto que durará todo el día. Mañana, el acto central de la jornada es un foro empresarial donde se trata de potenciar las relaciones económicas.
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