Visitantes indeseables

Siempre hay quien se cuela en una fiesta sin estar invitado. Y a veces, ese individuo desbarata lo que hasta entonces era un ambiente agradable y equilibrado. Lo mismo ocurre con los ecosistemas naturales. La frágil balanza que regula la biodiversidad de un ecosistema se puede ver dramáticamente desestabilizada por la llegada de nuevos elementos, ajenos al conjunto original, que ponen en serio riesgo la continuidad del mismo. Se trata de especies vegetales y animales procedentes, en ocasiones, de ámbitos muy lejanos, que pueden asentarse fácilmente y reproducirse de manera masiva. Son las especies exóticas invasoras, un serio problema ecológico que parece crecer y que los expertos afrontan con preocupación.

En total, en Andalucía son 45 especies exóticas invasoras las que están poniendo en serio riesgo los hábitats naturales que colonizan, pudiendo provocar pérdidas económicas y, lo que es peor, siendo potenciales vectores de enfermedades humanas.

"Además, parece que el clima se vuelve cada vez más cálido, debido al cambio global, lo que facilita que muchas de estas especies exóticas, que proceden de países de latitudes cálidas, se asienten en Andalucía", explica Fernando Ortega, jefe de servicio de Conservación de Flora y Fauna Silvestre de la Consejería de Medio Ambiente.

Entre las especies animales que amenazan los ecosistemas de la Comunidad, Ortega destaca al cangrejo chino, traído por el agua de los lastres de los barcos procedentes de Asia, que transporta microorganismos foráneos e incluso enfermedades. "Es una especie que, si se desarrolla mucho, es casi imposible atajar su incidencia y provocan grandes daños y suponen muchos gastos por su desgaste en los taludes", recuerda el experto. "Otra especie que tememos que tarde o temprano llegue a Andalucía es el mejillón cebra, que ya ha hecho estragos en el Ebro", prosigue Ortega. Entre los insectos la Consejería destaca un coleóptero llamado picudo rojo.

También los animales domésticos de compañía suponen un riesgo. "Es el caso de los galápagos de florida, entre otros. En conjunto hablamos de las típicas tortuguitas que se le compran a los niños y que a veces se sueltan en un humedal natural sin mala intención, pero ocasionando verdaderos desastres porque desplaza a los galápagos naturales andaluces", señala el experto.

En cuanto a las especies vegetales, hay dos especies peligrosísimas, como la lechuga de agua, cuya densidad en superficie erradica la vida de las algas en el fondo al tapar la luz del sol. Esta especie ha aparecido en Andalucía, aunque ya está erradicada. "Un caso parecido es el jacinto de agua, que en algunas zonas del Guadiana ha hecho estragos, aunque no ha aparecido en nuestra comunidad". Por último, otro de los casos más destacados es el de la uña de león, una planta que se usa mucho en jardinería y que se introdujo en los años 60 de manera consciente por la Administración de entonces para sostener las dunas del litoral, pero que se ha comprobado que impide el desarrollo de las especies vegetales propias de esa clase de ecosistema de costa.

Medio Ambiente ha diseñado un plan de control y erradicación de estas especies que consta de tres grandes líneas que funciona desde hace tres años. "Por un lado buscamos erradicación y control de las poblaciones. Estamos trabajando en 21 especies de flora y 18 de fauna. Entre ellas está el cangrejo chino, el mejillón cebra, la carpa, los galápagos, el cangrejo señal, varias especies de loros, como la cotorra argentina. Y entre las vegetales, además de las que hemos comentado antes, añadiría la chumbera de arenales".

Los otros dos vértices del plan de la Junta son la detección y localización de nuevas especies invasoras, y la educación e información.