Los nacionalistas apoyan la propuesta, el PP se opone y el PSE recela

Los partidos recibieron ayer con disparidad de opiniones la propuesta del departamento para reformar el actual sistema de modelos lingüísticos. Los nacionalistas, en bloque, apoyaron el proyecto, lo que permitiría aprobar la futura ley. EHAK introdujo algunos matices, como el posible incremento del nivel de exigencia, pero en principio se mostró de acuerdo con la aplicación del B2 como punto de partida. Aralar también mostró su apoyo decidido e incluso abogó por trasladar el nuevo marco a la etapa de Educación Infantil.

La oposición frontal llegó desde el PP, que rechazó un modelo único con el euskera como lengua vehicular, y cargó contra la imposición del nivel B2. Su portavoz, Iñaki Oyarzabal, recordó los "desastrosos" resultados obtenidos en la prueba de B2 realizadas a los alumnos de Secundaria en 2005 y abogó por rebajar el nivel de exigencia. "¿Por qué no pedir un nivel B1?", se preguntó. Precisamente, el consejero anunció que la próxima semana presentará los resultados de una evaluación realizada a estudiantes de Primaria con el B1 como referencia y adelantó que son parecidos a los que se registraron en Secundaria.

Oyarzabal advirtió al consejero de que con su modelo se estaba "cargando" el derecho de los padres a elegir en qué idioma quieren que estudien sus hijos y alertó del peligro que supondría sacar adelante su propuesta con la mitad de acuerdo político del que obtuvo el sistema que ahora está en vigor.

"Queda mucho por hablar"

Isabel Celaá, del PSE, se mostró de acuerdo con la filosofía trilingüe que destila la propuesta y con la exigencia de un nivel de conocimiento del inglés, pero puso muchas pegas a la aplicación del nivel B2. "Sobre eso aún queda mucho por hablar", resaltó. Su intervención estuvo plagada de preguntas al consejero sobre las horas que se van a dedicar a cada lengua y el por qué de elegir el B2 como listón de referencia.

También indicó la conveniencia de que exista una especie de reserva para los alumnos que quieran estudiar en lengua materna, en castellano, algo que parece complicado con el futuro sistema. "Estamos al principio de un camino. El acuerdo social es muy importante, pero también lo es el político", le recordó a Campos. De esta forma, dejaba por sentado que, por mucho que el Gobierno pretenda sacar adelante su propuesta, no será posible si no trabaja con todos los partidos.