17 años y nueve meses al hombre que mató a su mujer e incendió la casa

La titular del juzgado de lo contencioso-administrativo número 4 de Valencia ha dictado un auto en el que ordena al Ayuntamiento de Gandia que proceda al cierre cautelar del casal de la Falla Sant Nicolau-Mosquit, ubicado en el Grau, por las molestias que genera a los propietarios de una vivienda contigua al local fallero, según avanzó ayer Radio Gandia Ser. Aquella madrugada fue el final del calvario que vivió Susana Aguirre desde 1995. Francisco José Mínguez golpeó, y así consta acreditado en la sentencia notificada ayer, a su esposa por detrás en el tórax y en la espalda. Gravemente herida, la llevó a la cama y horas después comprobó que estaba muerta.

En el juicio celebrado el pasado día 27 de febrero, la pericial forense estimó que la víctima sufrió una agonía de dos horas. El ahora condenado, al comprobar que Susana Aguirre estaba muerta, incendió el colchón con un cigarrillo -a lo que los especialistas dijeron debió añadir un acelerante- provocando un incendio. El humo alertó a los vecinos y estos llamaron a los bomberos. Cuando entraron en la vivienda, hallaron a Francisco José en el salón afectado por la inhalación de humo y a Susana Aguirre muerta. Él dijo que se había querido suicidar al comprobar que su mujer había muerto por una caída que ella había sufrido en la cocina. Explicó que ambos habían bebido mucho y que al oír un golpe, fue a la cocina, la encontró en el suelo y la llevó a la cama.

La policía no creyó esa versión. Los antecedentes daban cuenta del maltrato físico y psíquico que sufrió Susana Aguirre a manos de su marido. Lo sabían los compañeros de trabajo y su familia. Testificaron en el juicio.

La fiscal solicitó 50 años de prisión y entendió que el ahora condenado era responsable de un delito de asesinato, además del maltrato, las lesiones, las amenazas y el incendio. El abogado de la acusación particular, Constantino Marín Tejerina, coincidió con esa calificación. No les ha sido estimada ni la alevosía ni la intención de matar que apreciaron en el acusado.