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Reportaje:

Carrera mortal en el eclipse de Luna

Los coches del atropello en el que murió un militar iban a 140 kilómetros por hora

Es casi medianoche y un grupo de seis chicos y chicas -ellos militares jovencitos, ellas sus novias- hacen botellón y contemplan el eclipse de Luna. Están sentados a oscuras, a las puertas de una empresa del polígono industrial La Fuensanta, en Móstoles.

La noche acaba de empezar. Dos de los chicos se levantan y deciden probar cuál de sus coches, recién estrenados, es más potente. Uno conduce un Hyundai rojo y el otro un Opel Astra negro. Se alejan del grupo y en una recta del polígono, donde no se puede circular a más de 50 kilómetros por hora, ellos se ponen, bravos, a 140.

El resto de los chicos se queda haciendo botellón. Todos menos uno, David Fuertes Simón, que se levanta, mira a los coches, y en un imprudente desafío, intenta cruzar la calle y torear a los conductores. Todo es un juego, pero no le da tiempo a terminarlo: los vehículos circulan tan deprisa que el Opel Astra se lo lleva por delante. David sale volando 50 metros. Muere en el acto. Ocurrió el sábado pasado y ayer sus amigos le despedieron en el tanatorio de Móstoles. "Fue visto y no visto. Acabábamos de empezar la noche", recordaron sus amigos. La víctima, de Elche (Alicante), era militar en la Brigada número 12 del cuartel de El Goloso, al igual que uno de los conductores.

La víctima, de 19 años, intentó cruzar por delante de los vehículos y torearlos

"David salió por los aires. Los dos coches se estamparon después, cada uno por su lado. En el polígono estábamos nosotros solos, fue horrible", explicaron en el tanatorio sus amigos militares. Éstos negaron, según la versión de algunos testigos que se acercaron a la zona tras escuchar el impacto, que los coches estuviesen tuneados. "Los coches eran muy nuevos y potentes, nada más. Es verdad que estaban conduciendo muy por encima del límite de velocidad. Ha sido todo un juego, sin malas intenciones", agregaron.

Además, los dos conductores perdieron el control de sus vehículos. Uno de ellos se chocó primero contra un camión y después contra la valla de una empresa. Fue trasladado herido grave por una ambulancia de Cruz Roja hasta el hospital de Móstoles. El otro empotró su vehículo debajo de un camión aparcado en la zona y tuvo que ser trasladado, también grave, en ambulancia hasta el Doce de Octubre.

En el lugar del suceso había ayer una gran cruz blanca hecha con tiza en el sitio donde se produjo el impacto entre uno de los vehículos y el cuerpo de David Fuertes. Y 50 metros más allá estaban los restos de sangre en el sitio donde finalmente cayó el militar. También había restos de botellón (bolsas de hielo, minis con calimocho...) esparcidos por el suelo. "El chico que cruzó la calle estaba haciendo el tonto, primero hizo un amago de cruzar pero una chica le agarró para que no lo hiciera; pero él finalmente se zafó y salió corriendo entre risas", explicó el vigilante de una empresa del polígono industrial. "Después del accidente llamamos a la policía y también a nuestros mandos militares", explicaron los amigos del fallecido, muy parcos en explicaciones, en parte, argumentaron, "porque no podemos hablar".

El polígono industrial La Fuensanta, donde ocurrió el fatal accidente, está cercano a unos bloques de viviendas del barrio Pinar de Móstoles. Varios vecinos se quejaron ayer de que el polígono industrial, los fines de semana, se llena de gente para hacer botellón. "Lo que ha pasado con el accidente es sólo una parte de lo que ocurre aquí todos los sábados y domingos. Estamos hartos, siempre se queda todo lleno de basura", concluyó un vecino, que paseaba a su perro por el lugar del siniestro.

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