Marca Cayetano
Sometidos a la presión de la tertulia de Cantizano, los famosos acaban por cantar la verdad. Así reza la primera ley de la termodinámica de Antena 3, mucho más científica que ese polígrafo del FBI que también utilizan con los mismos fines cotillas. El viernes pasado cantó la guapa sevillana Estefanía Sambruno, que tiene un no sé qué de Carmina Ordóñez, pero en rubio y con 23 años, acusada de mantener relaciones con Cayetano Rivera sólo para aprovecharse de la fama del diestro. Asunto, por otra parte, que no hace más que cumplir a rajatabla el principio de Electra y la segunda ley bioquímica que rige este género periodístico: cualquiera que mantenga tratos durante más de un fin de semana con un diestro de la estirpe Ordóñez acabará siendo por contaminación sexual tan famoso como cualquier miembro de la dinastía. Y la pobre Estefanía no iba a ser una excepción de la regla del gran teorema torero que rige los fundamentos de la famosería nacional. Siempre hay un Ordóñez por medio.
Pero lo que cantó la Sambruno en el famoso festival Cantizano añade algo nuevo y muy importante a la ciencia de la fama torera española. Mientras era sometida a presión por la tertulia rosa de Antena 3, Estefanía confesó que también fue sometida a presión termodinámica por el representante legal del torero, en cuyo piso mantuvo las famosas relaciones contaminantes, y que el abogado la amenazó si perjudicaba "la marca Cayetano", que, como se sabe, también es un copyright de Armani y ochenta firmas más.
Esto es muy nuevo e hipermoderno para nuestras costumbres folclóricas. Es la primera vez que llaman "marca" a un torero local y que se frustra un ligue con la estirpe Ordóñez con el máximo argumento jurídico del capitalismo global.
Desde ahora, las chicas que aspiran a ser famosas por contaminación torera deberían pensárselo dos veces en la discoteca y estar atentas a la nueva ley que protege a los Ordóñez: nuestras marcas no se tocan. Aunque (chiste Cantizano) los toreros, bioquímicamente hablando, sólo aspiren a ligar luego de la corrida.
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