Un estallido de Butano

"Era Butano [apodo con el que se conoce a José María García] en estado puro, después de cinco años con síndrome de abstinencia". La frase de un colaborador del programa de Jesús Quintero resume el contenido y el tono de la entrevista al periodista José María García que no se vio en Televisión Española, pese a estar programada el 21 de febrero. Esa noche, los espectadores sólo pudieron contemplar dos minutos, aquellos en los que García criticaba aspectos profesionales del presidente de RTVE, Luis Fernández.

"La entrevista no tenía nada del otro mundo. Era el disco duro de José María García"

Quintero guarda silencio desde entonces. Pero miembros de su equipo han salido en su defensa. Aseguran que la entrevista con el polémico José María García recibió el plácet de los directivos de TVE en Madrid. El programa La noche de Quintero se realiza semanalmente en Sevilla, donde vive el presentador. El martes anterior a su emisión se grabó la conversación, y al día siguiente, en torno al mediodía, Quintero se comunicó con Madrid para comentar aspectos del contenido de la entrevista. Ya por la tarde hubo una reunión de los máximos directivos de TVE para tomar una decisión. Finalmente, y pocas horas antes de salir al aire, este minigabinete de crisis acordó vetar su emisión alegando que, más que opiniones, el entrevistado vertía "insultos y descalificaciones" a terceras personas. Los dardos más afilados de García iban dirigidos al ex presidente del Gobierno José María Aznar, al empresario Florentino Pérez, al actual presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, y al ex presidente de Telefónica Juan Villalonga. Tampoco se libró de sus críticas la Conferencia Episcopal y sus ex compañeros de la Cope Luis Herrero y Federico Jiménez Losantos. A pesar de que la entrevista desapareció del programa de Quintero, fue colgada poco después en internet.

"La entrevista no tenía nada del otro mundo. Era el disco duro que García ha repetido en los últimos años", afirma un colaborador de La noche de Quintero. De hecho, en el vídeo de TVE se pueden escuchar idénticos comentarios despectivos y críticos que el periodista deportivo había realizado en el programa Buenafuente, de Antena 3, hace varios meses.

No es la primera conversación de Quintero -"siempre ha entrevistado a gente compleja o difícil", dice otro colaborador del programa- que levanta ampollas. En TVE tampoco gustaron las realizadas recientemente a Farruquito, el bailaor condenado por atropellar a un peatón y darse a la fuga, o a Federico Jiménez Losantos, el polémico periodista radiofónico. Estas emisiones han deteriorado, según fuentes de la cadena pública, las relaciones de Quintero con algunos directivos procedentes del anterior equipo. La sensación que se tiene en TVE es que "Quintero va a su bola", que no atiende a los controles sobre los contenidos, y por todo ello se ha creado una cierta desconfianza mutua. Quizá por estos motivos, la cadena ha decidido trasladar el programa al martes, una jornada mucho más competitiva. En lo que va de año, La noche de Quintero ha tenido una audiencia media de 2.409.000 espectadores y una cuota de pantalla del 13,8%.

La decisión de TVE de no emitir la entrevista venía dada por la intención de sus nuevos responsables de marcar las diferencias de lo que debe hacer una televisión pública frente a los insultos. Algunos directivos estiman que estas líneas estratégicas sobre las fronteras de una televisión pública deben ser marcadas por el consejo de administración, donde están representados todos los partidos y los principales sindicatos. "Sería conveniente abrir un debate sobre los criterios que deben imperar en TVE para hacer entrevistas, sin que esto signifique cercenar la libertad de información y de expresión", comenta el consejero Miguel Ángel Sacaluga, propuesto por el PSOE.

Hay otros consejeros que piensan que Quintero puede ser el detonante del primer desencuentro en el seno del Consejo, un órgano que hasta ahora había adoptado todos los acuerdos por consenso. Esta luna de miel puede romperse el próximo miércoles. Los representantes del PP han pedido que figure en el orden del día la no emisión de la entrevista. Andrés Martín Velasco ha anunciado que pedirán explicaciones de por qué una conversación que duraba tres cuartos de hora (ya editada) se dejó en dos minutos. Sacaluga opina que tras ver el vídeo "no parece que hubiera razones suficientes para que no se emitiera, pero quiero escuchar los argumentos de Luis Fernández".

De momento, TVE ha dejado claro que la "línea editorial" la marcan sus directivos. "En caso de discrepancias prevalece el criterio de la corporación, ya que la responsabilidad sobre lo que se publica o se emite corresponde siempre al medio y a su director".

Cada uno de los protagonistas tiene su propia valoración. Quintero consideró la decisión "unilateral y desmedida", aunque afirmó que acataba el criterio de la empresa porque así consta en su contrato, mientras que García no dudó en calificar de "censura" el comportamiento de TVE. A esta tesis se ha unido el Colegio de Periodistas de Cataluña: "RTVE escoge a sus colaboradores, formatos y entrevistas. Éstos son elementos suficientes para cumplir sus obligaciones con los ciudadanos. Las actitudes o palabras inconvenientes para determinadas personas e instituciones no deben ser excusa para ningún recorte equiparable a una censura previa".