El actor, su mujer y la Stasi
El intérprete de 'La vida de los otros' acusó a su ex esposa de espiarle para la policía secreta
En este caso, todo parecido con la realidad no es pura coincidencia. Las actividades de la Seguridad del Estado, la Stasi, los servicios secretos de la desaparecida República Democrática Alemana, que refleja La vida de los otros, ganadora del Oscar a la mejor película en lengua extranjera, superaron con frecuencia la ficción. Sin ir más lejos, el protagonista, Ulrich Mühe, de 53 años, que interpreta al agente de la Stasi encargado de la vigilancia de la pareja observada, estuvo casado entre 1984 y 1990 con la actriz Jenny Gröllmann, fallecida el pasado 9 de agosto a los 59 años. Sobre Gröllmann existen más que fundadas sospechas de que durante muchos años trabajó como informadora para la Stasi.
Se cree que se vio obligada a informar por una carta falsa que la involucraba en contactos ilegales
De Gröllmann existen más que fundadas sospechas de que fue informadora de la Stasi
Los archivos de la Stasi, accesibles hoy día, ocuparían 186 kilómetros si se colocasen las carpetas almacenadas con las pruebas palpables de miserias humanas y traiciones y de los mecanismos que la dictadura prusiano-estalinista utilizó para controlar a 16 millones de habitantes. Sobre la actriz Jenny Gröllmann existen unos 500 documentos que la inculpan como IM. Estas iniciales hacen temblar a muchos todavía hoy, casi 17 años después de la desaparición de la RDA. IM son las iniciales en alemán de Inoffizieller Mitarbeiter (colaborador no oficial) de la Stasi. Se trata de aquellos informadores no pertenecientes a la plantilla de los servicios secretos que los abastecían con información sobre todas las esferas de la vida social: empresas, equipos de fútbol, universidades o mundo intelectual. Algunos IM actuaban por convicciones; otros, por dinero o víctimas de chantajes. En 1989, al caer el muro de Berlín, se estima que la Stasi contaba con unos 90.000 empleados de plantilla y 100.000 IM.
Cuando se estrenó en Alemania La vida de los otros, el actor Mühe declaró en el libro que se editó sobre la película que él había vivido una historia similar porque su ex mujer Jenny Gröllmann trabajaba para la Stasi. La historia no era nueva. Ya en 2001 había circulado por las redacciones alemanas un dossier de unas 150 páginas sobre la conexión de Gröllmann con la Stasi. La información se mantuvo en términos discretos y cayó en el olvido. Con el estreno de la película y las declaraciones de Mühe estalló el escándalo. Gröllmann era una actriz de prestigio que padecía un cáncer en estado avanzado y no estaba dispuesta a morir con el baldón de haber sido IM. Por nada del mundo admitía Gröllmann que la hija común con Mühe, la prometedora actriz de 20 años Ana Maria Mühe, quedase con la idea de que su madre había sido una soplona. Gröllmann ganó los juicios. Un tribunal de Berlín obligó a la editorial a tachar los párrafos que la acusaban de haber colaborado con la Stasi y prohibió a Mühe repetir las acusaciones bajo pena de una fuerte multa.
El caso de Gröllmann es paradigmático de la confusión existente en torno al colaboracionismo con la Stasi y parece tarea casi imposible llegar a una certeza. Entre los 500 documentos recogidos sobre Gröllmann no aparece ninguno de su puño y letra, ni tampoco una declaración de compromiso como IM, aunque esto no equivale a una prueba exculpatoria.
Gröllmann era hija de Otto Gröllmann, un militante comunista que combatió en España en las Brigadas Internacionales y después los nazis le internaron en un campo de concentración. Al final de la guerra, Gröllmann se fue a vivir a la RDA, la Alemania antifascista y socialista. Su hija se dedicó al teatro y entró en el elenco del Maxim Gorki de Berlín. Sobre la vinculación de Gröllmann con la Stasi, los dictámenes de los expertos son inequívocos y llegan a la conclusión de que era IM. El primer marido de Gröllmann era un director teatral del Gorki que trabajaba como IM para la Stasi bajo el alias de Franz. En 1979 se establece el contacto con el mayor de la Stasi Helmut Menge, el encargado de dirigir a Gröllmann y recoger sus informaciones. En esa época, Gröllmann aparece en los papeles de la Stasi con el alias de Grillo, que después se transformó en Jeanne, el nombre de su primera hija.
Se maneja la hipótesis de que Gröllmann se vio obligada a trabajar por una carta falsificada que la involucraba con contactos ilegales con alemanes occidentales. El mayor Menge llegó incluso a declarar que había incluido a la actriz como IM sin su consentimiento. Entre los documentos encontrados hay también casetes grabadas al parecer por Menge con un micrófono oculto en un bolígrafo. Amigos de Gröllmann empeñados en demostrar su inocencia comprobaron que algunos encuentros en un piso clandestino no pudieron haberse celebrado porque a la misma hora ella tenía función en el teatro Gorki.
Para la Stasi, Gröllmann tenía interés por sus contactos con periodistas occidentales, en especial con Peter Pragal, el corresponsal de la revista Stern en Berlín Este. Pragal examinó los archivos y encontró registradas conversaciones que nunca había mantenido con su amiga Gröllmann.
El pasado mes de julio, unos días antes de su muerte, Gröllmann concedió una entrevista a Stern. En ella dio rienda suelta a su desesperación: "Es lo peor que me ha pasado en los últimos meses. He resistido hasta ahora porque tengo que llevarlo adelante. Se lo debo a mi hija. Por este motivo he aceptado meterme en juicios". Pocos días después, el cáncer acabó con Gröllmann.
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