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Reportaje:

'Limpieza' a domicilio

Las empresas de cobro de morosos se están especializando en el desalojo de inquilinos incómodos o que no pagan

"Es un buen negocio, cada vez hay mas gente que no paga". José Romero, 51 años, dirige desde hace más de una década El Zorro Cobrador, una empresa de cobro de morosos que en los últimos meses se ha especializado en el desalojo de inquilinos que no pagan sus mensualidades o resultan incómodos. No es la única empresa del sector que ha empezado a revitalizarse gracias a estas particulares limpiezas de domicilios. El campo de trabajo es amplio y vive un momento de expansión, ya que, según los expertos, España es medalla de bronce entre los países europeos con mayor riesgo de impago, tras Portugal y Hungría.

"No vamos con la tranca en la mano. Buscamos arreglos amistosos al margen de la vía judicial. A cambio nos quedamos con el 35% de la cantidad cobrada. Si hay okupas, pedimos de 3.000 a 4.000 euros por adelantado", comenta el fundador y gerente de El Zorro Cobrador.

Ex cobradores fundan una empresa para proteger del acoso a los deudores

José Romero asegura que el éxito de su sector se basa tanto en el crecimiento constante de los morosos como en la demanda ciudadana de un servicio que no puede dar la Administración, como consecuencia del colapso judicial. Romero reconoce que su empresa "suplanta a la ley", pero aclara que lo hacen "dentro de cauces cívicos, sin aplicar la ley del Talión".

"Hay mucha demanda", corrobora un portavoz de la empresa El Monasterio del Cobro, recién ingresada en el sector de la vivienda tras casi dos décadas de experiencia en impagados comerciales. Para perseguir a los deudores utiliza a grupos de frailes ataviados con hábitos del siglo XVIII.

El Monasterio del Cobro ha diseñado en los últimos meses un nuevo sistema: negociar con el inquilino la compra de su deuda con el compromiso de que la pagará de manera aplazada y con intereses. A continuación desaloja el piso y se lo devuelve al propietario. Luego los frailes de El Monasterio inician un acoso implacable de los antiguos inquilinos hasta recuperar el dinero prestado.

"A veces son personas que realmente no pueden pagar y hay que tener una actitud más comprensiva. El impagado comercial, en cambio, corresponde en muchos casos a un profesional de la deuda, con mucho nivel y la cara muy dura", señala Miguel González, jefe de cobros de este singular monasterio, que se vio inmerso hace unos años en un complicado desalojo de cinco okupas que denunciaron sus métodos. La maquinaria judicial les incomodó de tal manera que ahora son más cautos en sus compromisos. En otra firma del sector, El Pregonero del Moroso, tampoco suelen aceptar encargos con okupas implicados. "Pueden llegar a ser peligrosos", comentan.

La guerra sin cuartel contra los morosos ha provocado el nacimiento del Defensor del Moroso, una empresa fundada por ex cobradores. "Hemos visto como se pisotean y vulneran los derechos de los deudores. Nosotros defendemos y protegemos la intimidad y los datos de nuestros clientes, pero también nos ocupamos de las denuncias ante la vía penal por los abusos de las empresas de cobro. Hemos conseguido una sentencia condenatoria de 6.000 euros contra los Cobradores del Frac en Madrid por haber acosado durante 15 días al dueño de un restaurante hasta en el colegio de su hijo, humillándole ante profesores y compañeros", afirma el abogado Pablo Camacho, fundador del Defensor del Moroso y ex empleado del Cobrador del Frac.

El profesor Pere Brachfiled, gran experto en el tema de morosos en España, reconoce que todo este "circo de servicios" es el resultado de un déficit en la Administración y en el incumplimiento de las directrices de la Unión Europea en materia de impagos. Brachfiled considera que este país es muy tolerante con los deudores, como lo prueba que el 76% de las empresas opte por la vía amistosa para recuperar el dinero.

Sólo un 0,5% de los adeudados recurre a los tribunales. La mayoría se inclina cada vez más por las empresas privadas de cobro, aunque los métodos empleados generen en ocasiones condenas judiciales, como ocurrió en el caso de un valenciano que debía 2.000 euros a un taller de reparación de coches. Este moroso recibió la siguiente amenaza de la empresa El Buda del Moroso: "Si no pagas iré a tu casa y me sentaré a comer en tu mesa". El agente contratado llegó a llamar por teléfono 13 veces a su deudor y a perseguirlo por su pueblo por todas partes, según recoge una reciente sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Valencia. La resolución impone al cobrador y a la persona que lo contrató sendas multas de 150 euros. La empresa de morosos había concertado los servicios a cambio del 60% de la deuda.

Cobradores de morosos de la empresa El Monasterio del Cobro en Madrid.
Cobradores de morosos de la empresa El Monasterio del Cobro en Madrid.LUIS MAGÁN

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