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Olmert afronta investigaciones por nuevos casos de corrupción

A Ehud Olmert, primer ministro israelí, le crecen los enanos. Micha Lindenstrauss, supervisor del Estado, cargo que fiscaliza el correcto funcionamiento de las instituciones públicas, anunció ayer la apertura de una investigación para determinar si Olmert está implicado en casos de corrupción y trato de favor durante el periodo en que ejerció como ministro de Industria, Comercio y Comunicaciones en el Gobierno de Ariel Sharon. La Fiscalía General también informó de que estudiará este embrollo, que se añade a las pesquisas sobre otros casos turbios que han salpicado al actual jefe del Ejecutivo. El más relevante afecta a la privatización del Banco Leumi, que es la primera institución financiera del país.

El canal 10 israelí dio a conocer la noche del miércoles el nuevo escándalo. La cadena de televisión mostró un documento en el que se detallan favores personales a miembros del comité central del Likud -partido al que pertenecía Olmert hasta la fundación de Kadima, en noviembre de 2005- y a sus familiares, con los que pretendía reforzar su posición en dicho órgano del partido. Un total de 115 nombres aparecen en el listado, en el que se especifica cómo se concedieron permisos de trabajo a extranjeros para ser empleados en empresas de los beneficiados, se recalificaron zonas agrícolas para convertirlas en edificables, o cómo impidió o promovió la dimisión de funcionarios de organismos o empresas públicas dependientes de su ministerio. Una vez publicados los papeles, Olmert comentó: "No estoy familiarizado con el documento. No recuerdo haberlo elaborado o haber dado permiso a nadie para que lo hiciera".

Reveses bélicos

Muchos analistas políticos consideran que el jefe del Ejecutivo está contra las cuerdas y que no será sencillo que supere el año 2007 al frente del Gobierno. Al margen de que varios ministros y altos funcionarios han sido imputados recientemente por delitos de corrupción, el manejo de los episodios bélicos del año pasado ha dejado muy tocado al primer ministro. Tras la captura del soldado Gilad Shalit, el 25 de junio, Olmert decidió una ofensiva en Gaza, pero el uniformado sigue cautivo. El 12 de julio, la milicia chií Hezbolá atacó una base militar e hizo rehenes a dos reservistas. Nada se sabe de su paradero.

En pocas semanas la comisión Vinograd, encargada de analizar el desempeño de la jerarquía castrense y de los líderes políticos durante la guerra contra Hezbolá, dará a conocer sus conclusiones. Si el primer ministro es señalado con el dedo, sufrirá otro severo varapalo.

A ello hay que añadir que en su propio partido, Kadima, las aguas bajan revueltas. "Los principales dirigentes están buscando una salida en otros grupos. Kadima afronta el riesgo de desaparecer", sostiene Mario Sznadjer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén.

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