Batasuna le da trato de héroe
Cientos de simpatizantes recibieron al preso en el hospital Donostia
El preso de ETA Iñaki de Juana Chaos abandonó la huelga de hambre que mantenía desde hace 115 días apenas hora y media después de haber descendido por su pie, entre aclamaciones de varios cientos de simpatizantes abertzales, de la ambulancia que le trasladó desde el hospital madrileño Doce de Octubre al hospital Donostia, en San Sebastián. El recluso comunicó su decisión a Juan María Olano, portavoz de la ilegalizada Askatasuna, el colectivo de apoyo a los presos de la banda, y la primera persona que le visitó en el centro sanitario, junto a su novia, Irati Aranzabal, y su abogado, Álvaro Reizabal. Olano trasladó la noticia a los numerosos periodistas concentrados a la entrada del hospital.
El régimen de visitas del recluso será supervisado y ordenado por los médicos
De Juana dejó su prolongada huelga de hambre, pese a que no lo hacían presagiar así las declaraciones previas con las que grupos como el del propio Olano o la ilegalizada Batasuna recibieron la noticia del traslado. Por la mañana, consideraron la concesión de la prisión atenuada como una medida insuficiente y exigían su liberación "inmediata y sin condiciones". Por la tarde, tras anunciar que el recluso deponía su actitud, Olano consideró la decisión del Gobierno como una muestra de que "la lucha es válida", lo que "revaloriza la pelea", porque con ella se demuestra que "se consiguen objetivos".
A su llegada a la capital guipuzcoana, De Juana fue recibido como un héroe, entre gritos de "Iñaki askatu" ("Iñaki libre") y "Aupa gudari" lanzados por centenares de simpatizantes de Batasuna y la izquierda abertzale que habían esperado, con ikurriñas, pancartas y carteles con fotos de otros presos, varias horas ante la puerta de Urgencias del centro sanitario. Durante la espera, se produjeron momentos de tensión entre los reunidos y la Ertzaintza. Cuando los antidisturbios de la policía vasca intentaban evitar la aproximación de los concentrados a la puerta del hospital se produjo un forcejeo y un manifestante resultó herido en la frente y tuvo que ser atendido en el propio centro.
La llegada de la ambulancia blanca, cinco minutos antes de las cuatro de la tarde, escoltada por agentes de la Ertzaintza, resultó también accidentada. La comitiva accedió a la zona de Urgencias del hospital por el área de maternidad, situada en el extremo opuesto, para evitar a los concentrados. Al percatarse de la maniobra, los concentrados se desplazaron a la zona donde el vehículo tenía que circular despacio y comenzaron a golpear sus laterales, a modo de recepción y acogida al recluso, hasta que llegó a la puerta de Urgencias.
El descenso del preso del vehículo no pudo ser recogido por las cámaras al impedirlo los agentes de seguridad, pero testigos presenciales aseguran que De Juana no descendió en camilla, sino por su pie para sentarse a continuación en una silla de ruedas.
Entre quienes acudieron a recibir a De Juana, además de veteranos militantes de la izquierda abertzale como Eva Forest, estaban el líder de Batasuna, Arnaldo Otegi, quien por la mañana había desconvocado una rueda de prensa al conocer la noticia del traslado del recluso; el secretario general del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, y Estanis Etxaburu, del colectivo de familiares de presos Etxerat. Los dos primeros consiguieron hablar con De Juana a media tarde, como confirmaron ellos mismos a su salida del centro, aunque se negaron a hacer declaraciones.
Tras ser atendido en Urgencias después de un viaje de cerca de seis horas, el interno no fue ingresado en cuidados intensivos, una de las posibilidades que tenía reservada el centro según su estado, sino en la planta cuarta, en el área de Segunda Unidad de Medicina Interna, donde permanecen otros pacientes hospitalizados.
El régimen de visitas que tendrá desde ahora De Juana será supervisado y ordenado por los responsables médicos del hospital Donostia, informa Aitor Guenaga. El Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria ordenó que prevalezcan los "criterios médicos", según explicó ayer la Consejería de Interior, para fijar horarios o el número de personas que le puedan ver. Este departamento había solicitado por la mañana a la dirección de la prisión donostiarra de Martutene, de la que desde ahora dependerá De Juana, que precisara por escrito el régimen de visitas al preso y de custodia por la Ertzaintza.
Interior pretendía evitar así problemas a la hora de supervisar las visitas. Ese régimen puede ser recurrido por el recluso o por el fiscal ante la juez de Vigilancia Penitenciaria vasca.
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