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El juicio por la muerte de dos menores y su bebé se inicia con pelea y desalojo

"Mi cliente no se acuerda de nada, estaba drogado", dice el abogado del presunto homicida

"Mi cliente no se acuerda de nada, estaba muy drogado y había consumido gran cantidad de cocaína y alcohol". Quien así hablaba ayer, en la Audiencia de Madrid y ante un jurado popular, era el abogado Javier González. Su cliente, David Rodríguez Vega, se enfrenta a 51 años de cárcel por el triple crimen que conmovió Madrid la madrugada del 4 al 5 de diciembre de 2004. Un matrimonio gitano, ambos menores, y la bebé de ambos, de nueve meses, fueron hallados cosidos a puñaladas en su vivienda de Tetuán. El juicio comenzó ayer con el desalojo de la sala tras el intento de linchamiento de los acusados.

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Según la fiscal, la bebé recibió cuatro cuchilladas mientras dormía en un sofá -"pasó del sueño a la muerte"-. El abogado de la familia dijo que mataron a la cría porque se despertó con el ruido y empezó a llorar. Para que nadie la oyera. El móvil, una supuesta deuda de la víctima.

El juicio contra Rodríguez y otros cuatro implicados en este horrendo crimen se inició ayer en la Audiencia de Madrid, en medio de extremas medidas de seguridad. Más de 30 policías vigilaron que los familiares de las víctimas no agredieran a los acusados. Pese a la férrea presencia policial, al iniciarse el juicio se produjo una trifulca, en la misma sala de vistas y delante del jurado. La presidenta del tribunal, Susana Polo, ordenó desalojar la sala (había unos 30 familiares de las víctimas) y decretó que todas las sesiones del juicio se celebren a puerta cerrada. Rodríguez, principal inculpado, será interrogado hoy, aunque su abogado ya perfiló ayer las líneas de su defensa. Difusas, ya que, si bien empezó pidiendo la absolución de su cliente, "porque no ha hecho lo que se le imputa", a renglón seguido se adentró en el terreno de las atenuantes. "No recuerda nada. Del 90% de su vida es inconsciente, no sabe lo que hace. Ha tenido una vida difícil y está enfermo. Está acreditado que ya en 2005 mi cliente consumía a diario entre ocho y nueve gramos de cocaína", relató.

El letrado insistió en exculpar a su cliente: "Era amigo íntimo de la víctima. De hecho, le estaba haciendo una obra en su casa. Es impensable que hiciera nada a esta familia, de la que era amigo íntimo; incluso jugaba con el bebé", explicó el letrado. Avanzó que durante el juicio explicará por qué había sangre de su cliente en la casa del matrimonio asesinado, y criticó la ausencia de una adecuada investigación policial. Según él, su cliente está en el banquillo exclusivamente porque un familiar que "le odiaba" telefoneó a la policía y le acusó del triple crimen. Nada dijo el letrado, en cambio, de por qué al día siguiente de los hechos su cliente se ocultó en casa de un conocido en Torrevieja (Alicante). Allí le detuvo la policía siete días después de los hechos.

La fiscal del caso discrepa abiertamente de la defensa. Y sostiene que hay pruebas sólidas de que Rodríguez fue el autor de la muerte del cabeza de familia, Amalio, de 17 años, y de que el asesinato de la esposa, Ada, de 16 años, y la bebé de ambos, Nerea, de sólo nueve meses, fue obra de su compinche y también inculpado, José Emilio Varela. Para Varela pide otros 51 años. Aparte de estos dos acusados, en el banquillo se sientan otras tres personas, a los que se acusa de inducir a ese triple crimen.

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La inducción se habría producido de la siguiente forma: horas antes de los crímenes, el principal acusado, ebrio y drogado, se lamentó en un bar, delante de los otros acusados, de que Amalio le debía dinero y que habían mantenido una discusión. Consciente de que la bebida trastornaba la conducta de Rodríguez, los otros "le animaron y convencieron" para que le matase. Incluso le proporcionaron un cuchillo.

Rodríguez acudió de madrugada a la casa de su víctima, acompañado de Varela. Una vez allí propinaron tres puñaladas a Amalio; 26 a la madre, y cuatro a la hija, de sólo nueve meses. El juicio seguirá hoy con los testimonios de los acusados.

Un cordón policial impide el acceso de familiares de las víctimas a la Audiencia de Madrid tras la trifulca que se produjo en la sala de vistas.
Un cordón policial impide el acceso de familiares de las víctimas a la Audiencia de Madrid tras la trifulca que se produjo en la sala de vistas.EFE

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