Tres incendios intencionados causan nuevos retrasos en la red de Cercanías
Los trenes empezaron a circular fuera de hora por una alarma que resultó infundada
Los trenes de Cercanías tuvieron ayer nuevos retrasos. O viejos, según se mire, porque son los mismos que se repiten desde el pasado verano. El conflicto empezó a las 17.55 horas, cuando un maquinista creyó ver un percance que no existía, y se prolongó hasta bien entrada la noche debido a tres pequeños incendios intencionados en el túnel que va de Sants a plaza de Catalunya, en Castellbisbal y en Sant Andreu Comtal. Los retrasos superaron los 60 minutos.
El primer incendio fue detectado a las 19.24 horas. Ardió una madera sobre unos cables de fibra óptica. El resultado fue que todo el sistema de señales quedó inutilizado. Todos los semáforos del túnel entra Sants y plaza de Catalunya se pusieron en rojo, de modo que los trenes tuvieron que parar. La extinción del incendio, que originó una densa humareda, necesitó 16 minutos. A partir de ahí se trató de recomponer la situación, pero la falta de semáforos hizo que los movimientos de trenes tuvieran que ser autorizados uno a uno por vía telefónica. La consecuencia fue una dilación constante de los trenes.
No obstante, ni Renfe ni Adif (empresa responsable de las infraestructuras ferroviarias) requirieron la presencia de los Mossos d'Esquadra pese a que tienen una comisaría en la propia estación de Sants. Tampoco fue informada la Guardia Urbana, según portavoces de ambas instituciones. Adif aseguró en una nota que había dado conocimiento de los hechos al Departamento de Interior y a la Delegación del Gobierno, ya que había líquidos inflamables en las inmediaciones de los lugares en los que se registraron los fuegos.
Los otros dos incendios también afectaron a sistemas de cableado y se produjeron a una hora similar: entre las 19.30 y las 20.00.
La media de retrasos de los trenes era de unos 60 minutos, informaron fuentes de las empresas ferroviarias, pero los usuarios afirmaban que las esperas eran mucho mayores y afectaban también a los trenes de larga distancia. Un frustrado pasajero que llamó a este diario desde plaza de Catalunya al filo de las 21.00, explicó que la línea de Blanes llevaba más de una hora y media de retraso. En Sants, un usuario que bajó de un tren procedente de Calafell explicó que había empleado más de dos horas en un trayecto que apenas necesita una. Se produjeron grandes aglomeraciones en las principales estaciones de la red, en especial las de Sants, plaza de Catalunya y paseo de Gràcia.
Lo cierto es que los percances de ayer (la falsa avería detectada por un maquinista y el incendio) originaron larguísimos retrasos en todas las líneas de Cercanías y malos humores en los usuarios que, al menos en esta ocasión, no se tradujeron en problemas de orden público, como ocurrió el pasado miércoles en Martorell y Castellbisbal.
El primero de los problemas se produjo a las 17.55 horas. Un maquinista creyó ver una rotura en un carril y dio la voz de alarma. Se tardó unos pocos minutos en comprobar que se trataba de un error causado por la aprensión, pero fue suficiente para que resultaran afectadas las líneas C-10 (la que sirve al aeropuerto) y C-2, en la parte sur, es decir, la que une el Garraf con Barcelona. El incendio en el túnel de Barcelona afectó al resto de las líneas C-1 (L'Hospitalet de Llobregat-Maçanet- Massanes), C-3 (L'Hospitalet de Llobregat-Vic), C-4 (Manresa-Sant Vicenç de Calders) y C-7 (L'Hospitalet-Martorell).
La segunda serie de retrasos en esta semana (tras otras 18 averías en lo que va de año) coincide hoy con llamamientos de usuarios a entrar en las instalaciones sin billete y viajar sin pagar en protesta por lo que consideran un servicio inaceptable.
Renfe ha explicado que mantendrá la vigilancia habitual en sus trenes y estaciones, sin incrementar el rigor pero sin bajar la guardia en las medidas de vigilancia.
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