_
_
_
_
_
Juicio por el mayor atentado en España | 11-M

El sobrino de un presunto cerebro calla para no relacionarlo con Al Qaeda

Las contradicciones fueron insalvables. Mohamed Moussaten, sobrino de Youssef Belhadj, uno de los considerados cerebros del 11-M, se negó ayer a contestar a las preguntas del fiscal y de todos los demás abogados, a excepción del suyo, para no implicar a su tío en Al Qaeda. Alegó que si implicó a su tío fue porque tenía miedo y que la policía le presionó y le amenazó. Sin embargo, eso no explica por qué ratificó ante el juez sus acusaciones y las mantuviera en un careo con su tío, ni cuadra con el hecho de que a pesar del supuesto miedo se negara a firmar el acta de entrada y registro de su casa. Por su parte, Mohamed el Egipcio, durante su declaración se autocomparó con el Papa Benedicto XVI para justificar sus propios errores.

Más información
La marca indeleble de El Egipcio

Las acusaciones realizadas por Moussaten contra su tío en sus declaraciones ante la policía y ante el juez del Olmo en febrero de 2005 eran casi imposibles de levantar. Youssef Belhadj, según la fiscalía, es Abu Dujanah, presunto portavoz de Al Qaeda, la persona en cuyo nombre se reivindicó el 11-M. Mohamed llegó a decir que su tío estuvo en España en febrero de 2004 y que se marchó de Madrid una semana antes de los atentados. En esa época, según el sobrino, estuvo con Abdelmadid Bouchar -uno de los presuntos autores materiales de la colocación de las bombas en los trenes y que fue quien avisó a los suicidas de Leganés de la presencia de la policía-, con Mohamed Afalah -otro de los presuntos autores materiales que supuestamente se ha suicidado en Irak- y con varios jóvenes más. Agregó que en diciembre de 2004 estuvo en Bélgica en casa de su tío y que éste le dijo que pertenecía a Al Qaeda.

Moussaten, además, relató que en una ocasión presenció cómo su tío obtuvo un taco de billetes de 50 euros, a través de la Mezquita de Bruselas y que tenía como finalidad ayudar a hacer la yihad en Afganistán. Precisó que su tío le invitó a hacer la yihad, pero que a él no le interesó. Indicó que su tío no le dijo quién estaba detrás de los atentados de Madrid, pero le comentó que le parecía poco lo que había pasado.

Acusaciones en un careo

Por si eso no fuera poco, el tribunal, a instancias del fiscal y alguno de los letrados de la acusación, acordó la lectura de la ampliación de su declaración, del 28 de abril de 2005, en la que voluntariamente manifestó que su "palabra es la misma, pero que delante de Youssef no puede mantener lo que ha dicho". Lo más curioso es que Mohamed mantuvo sus acusaciones en un careo que mantuvo con su tío ante el juez.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Su hermano Brahim Moussaten en lo único que había implicado al tío era en que estuvo en España hasta la semana anterior a los atentados. El fiscal pide 8 años de prisión para Mohamed y 6 para Brahim, por colaboración con banda armada.

Rabei Osman, El Egipcio, concluyó ayer la declaración iniciada el 15 de febrero, el del comienzo de la vista. Reconoció como entonces la conversación telefónica mantenida el 24 de mayo de 2004 con Mourad Chabarou, otro islamista condenado por terrorismo en Bélgica, pero reinterpretando su contenido, que calificó de intrascendente.

Si en la transcripción de la conversación El Egipcio había dicho a Mourad que los atentados de Madrid habían sido idea suya y que habían muerto Serhane el Tunecino y Fouad el Morabit, ayer dijo que le informaba de lo que había ocurrido, porque Mourad no se había enterado de lo que había ocurrido. "Tú estás loco, lo sabe todo el mundo. ¿Cómo es que no lo sabes tú?", dice que le preguntó. "Nuestros amigos están implicados en los atentados de Madrid. Le dije que Serhane murió y Fouad también", explicó. Una nueva versión poco creíble y que tampoco explica las conversaciones grabadas con micrófonos ambientales, aunque para esas su explicación es sencilla: Niega que la voz de las grabaciones sea la suya.

El Egipcio se comparó con el Papa. "El Papa del Vaticano, que es la más alta autoridad católica en el mundo, es un hombre cultísimo y cuando habló del islam y de los musulmanes hubo protestas, él pidió disculpas y los musulmanes le han perdonado. Yo tampoco he tenido intención de hacer daño, sino de comentar unos hechos históricos. Hubo una confusión, pero cualquier persona puede equivocarse". Tan sencillo como eso, si el Papa se equivocó y le han perdonado, él también y reclama comprensión y perdón.

También declaró ayer Mohamed Bouharrat, que no supo explicar por qué sus huellas y fotos estaban en la casa de Leganés. Para hoy, el plato fuerte será el confidente Rafá Zouhier.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_