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600 euros por dormir en una infravivienda

"La culpa es de las mamás de España por darles a sus hijos bollycao para merendar. Luego, claro, no se quieren ir de casa y los pisos se los quedan los extranjeros", ironiza José María Blanco, de 84 años y propietario de los tres edificios -Almansa 20, Almansa 30 y Tenerife 3- donde viven hacinados más de un centenar de inmigrantes. Él reconoce que las viviendas se realquilan y se hace el loco cuando se le pregunta por qué no cuida los edificios, que están en un estado lamentable. "Si los inquilinos no los cuidan no es mi problema, ¿desde cuándo el propietario tiene que encargarse de cuidar los edificios?", se defiende.

José María Blanco es un viejo conocido entre los vecinos, la Policía Municipal, la Delegación del Gobierno y la Junta de Distrito. A cualquiera que se le pregunte por los problemas de la calle de Almansa responde: "Si, los edificios esos tan guarros que pertenecen a un tal José María...".

Magdalena Hervás, la única mujer española que vive en el número 30 de Almansa se pone tiesa cuando oye hablar de su casero. "Ése es un agarrado. ¡Es peor que el demonio!", se queja en el salón de su casa haciendo aspavientos. Magdalena se encarga de limpiar el portal y José María Blanco le paga por ello 40 euros al mes. Los otros dos inmuebles no los limpia nadie.

Informe vecinal

La situación de los tres inmuebles es tan lamentable que la asociación de vecinos Cuatro Caminos-Tetuán ha elaborado un informe, con fotos incluidas. Los vecinos denuncian que, aunque los inmuebles han pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE) presentan un estado "de conservación y mantenimiento pésimo". Los inmigrantes viven hacinados, y pagan por dormir en las infraviviendas entre 400 y 600 euros al mes.

El informe vecinal explica que la finca que está peor es la del número 20 de Almansa: "La puerta de acceso a la finca está siempre abierta; además de destrozada; los cubos de basura no se guardan en ningún sitio, sino que están en la entrada acumulando desperdicios; no hay higiene en la escalera; la suciedad y las humedades se hacen evidentes en paredes; techos y suelo...".

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Los vecinos también denuncian que en el inmueble se realquilan las habitaciones "o incluso los sofás-camas ocupando todas las habitaciones de las viviendas, incluido el salón como un dormitorio más". Fernando García, presidente de la asociación Cuatro Caminos-Tetuán, aseguran, como lo corrobora la policía, que dentro del número 20 de Almansa hay venta ilegal de alcohol. "No es un problema de xenofobia, sino de convivencia. Los inmigrantes viven en unas condiciones pésimas. Así no puede haber armonía en la convivencia y surgen los conflictos", dice García.

Los inmigrantes que viven en Almansa también "dividen las estancias con tablas y cartones, las camas suelen ser literas o colchones en el suelo. La ropa y otros enseres se acumulan en los huecos y ventanas".

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