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El armador holandés retoma el control del 'Ostedijk', que sigue frente a Viveiro

Salvamento vigilará el buque hasta que obtenga garantías de que puede proseguir su ruta

El Ostedijk, ya bajo control del armador holandés y el equipo de la compañía danesa de salvamento que éste contrató, permanecerá aún unos días fondeado al noroeste de la ría de Viveiro, en las cercanías de la isla Coelleira. La Administración marítima española, que llevó a cabo el dispositivo que permitió sofocar la descomposición de parte de los 6.012 toneladas de fertilizantes que transporta el carguero, mantiene en la zona su remolcador Don Inda como vigilancia. El Gobierno autorizará al carguero a reanudar su ruta, hasta que garantice su seguridad.

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Una vez detenido, en la noche del viernes, el proceso de descomposición de los fertilizantes almacenados en la bodega número dos del carguero, gracias a las toneladas de agua insufladas por lanzas especiales, tomaron el control del Ostedijk los técnicos de la compañía danesa Svitzerwijsmuller, especializada desde hace más de 170 años en rescate y salvamento marítimos. La compañía fue contratada por el armador a instancias del Ministerio de Fomento y será la que determine, tras comprobar el estado del barco y la carga, el destino del carguero.

Procedente de Noruega, el Ostedijk iba hacia Valencia cuando, hace ocho días, a unas 50 millas de A Coruña, su capitán lanzó una llamada de auxilio porque los gases que emanaban de una de sus bodegas invadieron la sala de máquinas e incluso algún camarote. Fuertemente irritantes para las vías respiratorias y los ojos, las emanaciones hacían inviable continuar la navegación. Y así comenzó el incidente que movilizó a los gobiernos central y gallego durante una larga semana para tratar de impedir las emanaciones afectaran a la población de la costa o que se produjera cualquier contaminación. No ocurrió ni lo uno, ni lo otro.

El temporal, salvo pequeños intervalos, no dejó de arreciar todos estos días y Salvamento Marítimo remolcó el carguero fuera de la fachada marítima, para ponerlo a resguardo de vientos y olas frente a la Mariña lucense. Y ante la imposibilidad del armador de organizar medios y equipos, intervino la Administración. Con ayuda de sus especialistas, bomberos de A Coruña y técnicos del fabricante noruego del fertilizante, se ejecutó un complejo dispositivo para detener la reacción química que, supuestamente provocada por una tubería que atraviesa la bodega, degradó a elevadas temperaturas el abono almacenado.

Salvamento Marítimo impuso al Ostedijk 48 horas de cuarentena -hasta mañana- para acabar de sofocar el proceso de descomposición de su carga y comprobar que no vuelve a reactivarse. Uno de los focos, dentro de la bodega, aún estaba a 140 grados de temperatura el viernes por la noche.

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La casa armadora, la holandesa Navigia Shipmanagement, apura los trámites este fin de semana para conseguir los certificados de navegabilidad y estado de la carga que le exige Fomento para autorizar al barco a abandonar las aguas gallegas. Cuando los tenga, inspectores de Salvamento Marítimo subirán a bordo para comprobar que el carguero pueda navegar.

Factura de Fomento

El destino del Ostedijk es aún una incógnita. Dependerá de los que digan los técnicos de la empresa de salvamento sobre su estado. La estructura del barco, de apenas un año, no parece haber sufrido por las elevadas temperaturas de hasta 300 grados que se registraron en la bodega afectada. No se descarta que, en caso de tener que reparar algún daño, pida permiso para entrar en un puerto gallego. Sólo parte de los fertilizantes quedaron inutilizables.

Fomento, cuya titular, Magdalena Álvarez, realizó una visita hasta la zona donde está fondeado el Ostedijk el viernes, cuando terminaban las operaciones para detener el proceso de descomposición de su carga, ya está terminando de contabilizar los costes de las operaciones de salvamento que llevó a cabo y cuya factura presentará al armador del barco. El dueño, según el bufete de abogados de A Coruña que contrató, pretende negociar con la Administración española la factura que ésta le presente, ya que considera que habrá que determinar qué parte del operativo desplegado por Salvamento le corresponde.

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