La Ertzaintza detiene a Permach en una manifestación ilegal 'abertzale' en Bilbao

Ni la Audiencia Nacional ni el Departamento de Interior vasco pudieron ayer impedir la manifestación ilegal de Bilbao. Juan María Olano, portavoz del grupo de apoyo a los presos etarras Etxerat, anunció pasadas las 17.30 que en vez de una manifestación "habría 100". En menos de una hora el caos se adueñó del centro de Bilbao, donde grupos de violentos se enfrentaron a la Ertzaintza y cruzaron contenedores. La policía vasca detuvo al portavoz de la ilegal Batasuna, Joseba Permach, que se encuentra en libertad condicional dentro del macroproceso contra el entramado de apoyo a ETA.

La tarde del sábado en Bilbao se convirtió en una tarde de caos, con calles cortadas, sirenas policiales, pelotazos de goma y gritos de "Iñaki de Juana askatu" (libertad), entre otros. La manifestación ilegal estaba convocada para las cinco y media de la tarde y la Ertzaintza dejó claro 45 minutos antes que no iba a autorizar su salida. Los manifestantes lograron su primer éxito al cortar la calle Autonomía de Bilbao en dos puntos mientras la Ertzaintza esperaba.

Pasadas las cinco y media, Olano dio la salida al espectáculo violento con una amenaza: "Hay demasiados políticos que tientan la suerte y se tiene que acabar. La paciencia tiene un límite". El portavoz de los familiares de presos de ETA acusó de la prohibición de la manifestación al lehendakari, Juan José Ibarretxe, y a su Gobierno tripartito (PNV, EA y EB). La manifestación fue prohibida tres veces: una por la Audiencia Nacional y dos por el departamento de Interior vasco. Cerca de Olano, en una discreta segunda fila, estaba el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi.

Cerca de 3.000 personas burlaron los cordones de la Ertzaintza, desplegaron una pancarta con la consigna "Autodeterminación y amnistía" y echaron a andar por la calle Doctor Areilza. Al frente de la marcha los dirigentes de Batasuna Pernando Barrena y Joseba Permach, entre otros líderes de la llamada izquierda abertzale. Cuando la policía autonómica vasca les cerró el paso por delante y por detrás de la marcha, los manifestantes decidieron iniciar una sentada. Tras varias advertencias, la Ertzaintza les dio un minuto para disolverse y cargó: primero por detrás y luego por delante. La resistencia de los manifestantes estuvo cerca de costarle caro a Permach, que recibió en la espalda una pedrada del tamaño de una pelota de tenis que uno de sus compañeros había lanzado contra los policías.

Tras los primeros disparos de pelotas de goma y golpes de porra, la policía detuvo a Permach, que minutos antes se había identificado con el carné de identidad vasco. Tras ofrecer una ligera resistencia, fue esposado y trasladado a la comisaría de Deusto. Anoche permanecía detenido en dependencias policiales. Barrena y el resto de los dirigentes de la izquierda abertzale recibieron golpes durante la carga.

La manifestación dejó de ser una para convertirse en las 100 prometidas por Olano, y las calles de Bilbao en un desastre con macetas y contenedores cruzados, algunos quemados, y en una orquesta de consignas a favor de los presos de ETA y, sobre todo, de Iñaki de Juana. Las tiendas abrían y subían sus persianas y los bilbaínos de compras o de paseo maldecían bien contra los violentos, bien contra la Ertzaintza, que corría por el Ensanche y el Casco Viejo bilbaíno detrás de los primeros. El tranvía de Bilbao suspendió el servicio tras la manifestación por recomendación de la Ertzaintza.

Los enfrentamientos hicieron que más de veinte personas acudieran a distintos centros hospitalarios con heridas o golpes de escasa gravedad. Seis ertzainas tuvieron que ser atendidos al resultar contusionados durante los incidentes Otegi, que procuró no ser visto en exceso durante los disturbios, acusó desde los micrófonos de Radio Euskadi, a la Ertzaintza de cometer una "masacre". La izquierda abertzale volvió a combinar su técnica para coordinar acciones violentas con la propaganda.