Dichas del reino animal

La naturaleza con todas sus criaturas siempre ha sido un mundo ideal desde el cual contar historias. Ahora coinciden varios libros que miran la vida desde el mundo animal de manera divertida, didáctica y con atractivas ilustraciones.

El protagonismo de los animales en los cuentos para niños viene de lejos. Desde las antiguas fábulas y los cuentos populares hasta los primeros clásicos de la literatura infantil, estos fascinantes personajes -cuerpo de animal con cerebro humano; animales que hablan y se comportan como personas- han sido protagonistas privilegiados de todo tipo de relatos para explicar el mundo y las pasiones humanas a los niños, en cautivadoras metáforas que permiten acceder a la realidad sin renunciar al privilegio de la fantasía.

Hace cien años, dos autores ingleses marcaron nuevas pautas en el género y se instalaron en el canon: Beatrix Potter (1866-1943), con sus maravillosos libros ilustrados de animales (el primero, El cuento de Perico, el conejo travieso, apareció en 1902), y Kenneth Grahame (1859-1932), con su retrato de la Inglaterra victoriana, El viento en los sauces (1908).

Con una vida azarosa (acaba de ser llevada al cine en Miss Potter), Beatrix Potter nunca fue a la escuela. Educada en su hogar por institutrices, tenía un gran talento para el dibujo e interés por la naturaleza que la llevó, primero, a entretenerse dibujando los pequeños animales que se le permitía tener en casa para estudiar, después, en su juventud, a estudiar Arte e Historia Natural, y posteriormente, cuando gracias al éxito de sus libros pudo emanciparse y se trasladó a vivir al campo, a convertirse en una pionera del conservacionismo.

Su obra -21 cuentos y los dos libros de poesía Canciones infantiles de Manzanitas Verdes y Canciones infantiles de Cecilia Perejil- está recogida en Cuentos completos, un volumen ya editado por Debate en 2002, con motivo del centenario de la publicación de Peter Rabbit. La espléndida edición, que incluye notas sobre la vida de la autora y sobre cada uno de los cuentos, aporta cuatro obras inéditas, y permite apreciar, en las reproducciones de las ilustraciones, su gran talento.

La vida y la naturaleza bullen en el encantador universo potteriano, poblado por conejos, ratones, gatos, ardillas, erizos, perros, ranas, pájaros... que viven y se comportan como personas amables y bien educadas hasta que el instinto les puede. Y es entonces donde entra en juego la fantasía y el humor de una autora con ideas poco convencionales y con un evidente gusto por el juego y la transgresión, capaz de transformar el día a día en una divertida peripecia o en una aventura extraordinaria, sin perder el peculiar candor, la inteligente y tierna inocencia, que impregna toda su obra.

En la moderna literatura infantil, la tradición de los libros de animales ha tenido (tiene) buenos continuadores. Los norteamericanos Leo Lionni (19101999) y Arnold Lobel (19331978), ambos autores e ilustradores, han sido los nombres más relevantes del siglo pasado. El primero con sus maravillosas historias de ratones artistas, Frederick y El sueño de Matías, y el segundo con la inolvidable serie de Sapo y Sepo, y con muchos otros títulos, siempre protagonizados por animales, como los divertidos cuentos de Historias de ratones. A partir de los setenta fue el austriaco Erwin Moser (1954) quien sentó plaza en este mundo pacífico y amable de animales parlanchines, con la serie de cuentos de Manuel y Didí -dos sagaces ratoncitos que, entre travesura y travesura, filosofan sobre todo tipo de problemas psicológicos y conflictos sociales-, y con otro medio centenar de obras, ilustradas por él mismo.

En España, la aportación más destacada es la del escritor catalán Emili Teixidor (1933), que va ya por el séptimo título de su serie sobre la hormiga Miga. El primero, L'amiga més amiga de la Formiga Piga/La amiga más amiga de la Hormiga Miga fue Premio Nacional de Literatura Infantil de 1997 y, desde entonces, la diminuta, atrevida y muy sabia Miga ha venido encandilando a los lectores con sus ocurrencias y aventuras, que no tienen límites.

Hay algo en estos cuentos -lecciones de vida, en definitiva, para lectores de no más de 10 años- que impresiona también a los adultos. Y ese algo es el talento de sus autores para abordar temas profundos y filosóficos con una extraordinaria sencillez de recursos -la palabra precisa, la imagen adecuada- y con esa peculiar perspectiva, ingenua y bienhumorada, que muestra al lector la posible armonía del mundo. Y es que, en este caso, como en tantos otros cuando se trata de literatura infantil, hablamos de "libros para pequeños", pero en absoluto de "libros menores".

Cuentos completos. Beatrix Potter. Ilustraciones de la autora. Traducción de Fabián Chueca y Ramón Buckley. Beascoa. Barcelona, 2003. 400 páginas. 39,95 euros.

El viento en los sauces. Kenneth Grahame. Ilustraciones de Elena Odriozola. Traducción de Lourdes Huanqui. Anaya. Madrid, 2006. 214 páginas. 21,75 euros.

Frederick. Leo Lionni. Ilustraciones del autor. Traducción de Xosé Manuel González. Kalandraka. Pontevedra, 1999. 64 páginas. 14,50 euros.

Historias de ratones. Arnold Lobel. Ilustraciones del autor. Traducción de Xosé Manuel González. Kalandraka. Pontevedra, 2000. 64 páginas. 14,50 euros.

Sapo y Sepo son amigos. Arnold Lobel. Ilustraciones del autor. Alfaguara. Madrid, 1970. 68 páginas. 5,90 euros.

Manuel y Didí y el coche de maíz. Erwin Moser. Ilustraciones del autor. Traducción de Silvia Bardelás. Gaviota. Madrid, 1997. 46 páginas. 5,50 euros.

La amiga más amiga de la hormiga Miga. Emili Teixidor. Ilustraciones de Gabriela Rubio. SM. Madrid, 1997. 86 páginas. 6,20 euros.