De Manzanares a Mauthausen
La peripecia de un joven que lucha en la Guerra Civil del lado republicano y acaba prisionero en el campo de Mauthausen, recogida por un sobrino-nieto, ejemplifica la odisea de tantos demócratas españoles que lucharon contra el fascismo durante toda una década.
MAUTHAUSEN: Memorias de un republicano español en el Holocausto
Ignacio Mata Maeso
Ediciones B. Barcelona, 2007
122 páginas. 16,50 euros
Cuando un idealista Alfonso Maeso, de 17 años, cerró la puerta de su casa de Manzanares, para enrolarse en el Ejército republicano, ignoraba que el camino emprendido iba a llevarlo por caminos tortuosos que terminaban en el campo de concentración nazi de Mauthausen. El recorrido vital de este manchego de Manzanares fue compartido por miles de españoles que pasaron de combatir al fascismo en España para seguir su lucha contra los nazis en Francia y otros países y acabar, en muchos desdichados casos, en un centro de exterminio alemán.
Afortunadamente en el caso de Alfonso Maeso la suerte actuó como una aliada constante y pudo sobrevivir a todas las penalidades. No sólo pudo sobrevivir, en el exilio francés, sino que tuvo tiempo de contarle a su sobrino-nieto, el periodista Ignacio Mata Maeso, su testimonio, sus desnudas y muy reveladoras memorias. Fallecido en enero pasado, el día en que el libro entraba en la imprenta, Maeso alcanzó a ver que nietos de la guerra, demócratas y agradecidos, saldaban una deuda con su generación. Al final de este libro de memorias, narrado con una sencillez estremecedora, Maeso escribe: "España tiene una deuda con nosotros que aún no ha saldado. Espero que lo haga pronto. Que este libro, mi historia, sirva para encontrar la memoria perdida, quién sabe si arrebatada. Que así sea".
La parte principal de las memorias está centrada en la vida en el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, en la que Maeso describe esa "vida dura y rutinaria" dentro de una maquinaria implacable para ejecutar el Holocausto no sólo de los judíos, sino de otros prisioneros cuyo único delito había sido oponerse al terror del régimen de Hitler. "Muchas noches", escribe, "mi último pensamiento antes de cerrar los ojos era una pregunta, 'hemos sobrevivido un día más, ¿lo conseguiré mañana?". Su gran capacidad de resistencia, su empeño por pasar desapercibido y la fortuna en forma de algunas providenciales ayudas de otros prisioneros lograron que Alfonso Maeso pudiera salir vivo de aquel infierno, de aquella siniestra pesadilla en la que muchos sucumbieron.
Afincado en Francia tras la victoria de los aliados, Maeso sólo tiene palabras de elogio, a diferencia de otros refugiados españoles, para la actitud de una mayoría de franceses. "Aquellos republicanos españoles a los que nadie quiso en mucho tiempo estuvimos junto a ellos en los peores momentos y nos lo agradecieron ofreciéndonos los mismos derechos que ellos tenían a todos los niveles", comenta al evocar su regreso a una vida normalizada.
De cualquier modo, estas memorias vienen a sumarse a una tendencia en la que los españoles nacidos en los cincuenta, los sesenta o los setenta se interrogan ahora por las trayectorias de sus antepasados durante el periodo republicano y la guerra. Se trata, en definitiva, de un fenómeno que abarca tanto la narrativa como el ensayo, las biografías o las memorias y que, desde la distancia y desde la libertad, recupera unas historias que la generación de los hijos de la guerra, crecida en años de plomo, tuvieron que mantener en silencio.
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