Emergencia planetaria
El ex vicepresidente de EE UU Al Gore, alguien tan poco sospechoso de antisistema, ha calificado de emergencia planetaria la lucha contra el cambio climático. En su opinión, tenemos tecnología para afrontarlo, de lo que carecemos es de voluntad política.
El tímido y condicionado acuerdo de limitación de emisiones de CO2 de la Unión Europea es una muestra de la falta de decisión en la respuesta política al Informe del Panel del Clima de la ONU. Iniciativas como la del Gobierno de Australia, de sustitución de bombillas tradicionales por las de bajo consumo, para evitar emitir 800.000 toneladas de CO2 en tres años, no deberían ser noticia aislada.
En los tiempos que vivimos, cuando acabamos de conocer los planes de EE UU para atacar Irán, si fracasan las negociaciones, por optar por la energía nuclear, necesitamos una reacción de firmeza de los dirigentes políticos nacionales y europeos y de toda la diplomacia apostando decididamente por un modelo energético sostenible planetario, que evite, además, la amenaza de otra guerra. En su artículo Cinco prioridades frente al cambio climático, publicado en EL PAÍS, 2/2/2007, Jeremy Rifkin señalaba unas líneas de actuación. No hay tiempo que perder.