RNE aspira a ganar oyentes jóvenes y adaptarse a Internet
Santiago González, nombrado nuevo director de la radio estatal
Intentar ganar oyentes jóvenes y adaptar la radio a las nuevas tecnologías y a Internet. Éste es el plan de ruta del nuevo director de RNE, Santiago González, que hasta ahora ocupaba la dirección general de la radio y la televisión autonómica de Canarias. El nombramiento de González, que sustituye a Javier Arenas, fue aprobado ayer por unanimidad en el Consejo de Administración de RTVE.
La radio pública, que goza de una cobertura más potente que la privada, ha cedido en los últimos cuatro años un tercio de su audiencia. Esta caída ha llevado a RNE al cuarto puesto de audiencia entre las cadenas generalistas. La tercera oleada de diciembre de 2006 otorgaba a Radio 1 un total de 1.174.000 oyentes. A finales de 2002, acumulaba 1.793.000. Si se tienen en cuenta las radiofórmulas musicales, Radio 1 aparece ahora en la séptima posición en el ranking de cadenas.
Recuperar la audiencia radiofónica y llegar al público joven son los objetivos que se ha marcado el nuevo equipo de RTVE. Esta misión ha sido encomendada al periodista Santiago González, nacido en Orotava (Tenerife) hace 37 años. Antes de acceder, en 2005, a la dirección del ente canario, formó parte de los servicios informativos de la SER, colaboró en la revista Metrópoli y en la Cope. También fue jefe de prensa del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
Radio Nacional, que acaba de cumplir 70 años, ha carecido en los últimos años de un modelo de programación estable. Especialmente significativo ha sido el cambio que se produjo al comienzo de la temporada 2006-20007, cuando se optó por desmembrar los magacines de mañana y de tarde para fragmentar la parrilla. Esta estrategia era claramente contraria a la tendencia general del medio: crear grandes contenedores que abarcaran contenidos heterogéneos (información, entretenimiento, participación de los oyentes, humor).
Tampoco el baile entre Julio César Iglesias y Olga Viza ha contribuido a incrementar la fidelidad de los oyentes. Iglesias pasó del Buenos días a la tarde y Viza hizo el camino inverso. El resultado es que tanto una franja como la otra han cedido oyentes respecto a los datos del año anterior. Además, el tramo vespertino se ha fraccionado en dos: La plaza, con Beatriz Pécker, y El navegador, con Iglesias, programas que han pasado a ocupar la cuarta posición entre las ofertas generalistas.
Más estable ha sido la programación del fin de semana, donde No es un día cualquiera está conducido desde 1999 por Pepa Fernández.
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