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Una denuncia de violación en Irak divide a suníes y chiíes

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, se enfrenta a una acusación que está agitando las de por sí tensas relaciones entre chiíes y suníes, enfrentados desde hace un año en una guerra civil no declarada. Una mujer suní, cuya identidad no se ha revelado, denunció el lunes en una intervención en la cadena de televisión Al Yazira que tres agentes chiíes de un cuartel de policía de la capital la habían violado cuando fue detenida en el barrio de Amil, acusada de ayudar a la insurgencia.

Al Maliki, que es chií, afirmó ayer que la denuncia de la mujer era falsa. Su Gobierno, tras llevar a cabo una investigación oficial, publicó ayer una nota en la misma línea: "Los exámenes médicos muestran que la mujer no ha sido víctima de un ataque sexual". El Ejército estadounidense, cuyos médicos siguieron la exploración, prefirieron ser cautos, limitándose a decir que había informaciones contradictorias sobre el asunto.

Plan de seguridad

Al Maliki fue más lejos al atribuir el asunto a "grupos conocidos" que están fabricando la historia de la violación para desacreditar a las fuerzas de seguridad iraquíes. Los grupos conocidos pertenecerían a la insurgencia y su objetivo es destruir el plan de seguridad que el Gobierno de Al Maliki y las fuerzas de seguridad estadounidenses tratan de poner en marcha desde hace una semana.

Los atentados de los últimos tres días y la muerte de siete soldados norteamericanos en ese mismo plazo son las últimas pruebas de las enormes dificultades con las que se enfrenta dicho plan, el tercero aprobado en nueve meses.

Entre los atentados de ayer, el más grave tuvo como protagonista a un hombre se hizo explotar a bordo de un camión repleto de productos químicos. Según los testigos, fue milagroso que en el atentado sólo perdieran la vida cinco personas y otras 148 resultaran heridas. En otros incidentes en la capital murieron 17 personas.

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El vicepresidente de Irak, Tariq Hashimi, que es suní, rechazó la versión oficial sobre el caso de la mujer. Ayer dijo que los médicos que la habían examinado confirmaron la violación y que Al Maliki había actuado de manera parcial.

Los políticos suníes acusan al Gobierno dominado por los chiíes de abusos de los derechos humanos y de mantenerse ciegos ante los ataques de las milicias chiíes sobre los civiles suníes, cuando no de dirigir los escuadrones de la muerte.

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