Sobre el genocidio armenio

Ayer, 19 de febrero, se cumplió un mes del asesinato del periodista Hrant Dink.

Dink era un ciudadano turco de origen armenio que a través de las páginas de su periódico Agos, procuraba traer luz a las complejas relaciones de armenios y turcos, su prédica era a través del diálogo, y no se resignaba a aceptar la versión oficial de los gobiernos turcos, sobre la muerte de 1.5 millones de armenios en las postrimerías del Imperio Otomano. Junto a otros intelectuales turcos había comenzado a transitar el riesgoso camino de desafiar el silencio impuesto sobre el genocidio armenio, había sufrido varios procesos, fue encarcelado, pero continuaba con su prédica.

El artículo 301 del nuevo Código Penal turco, condena a todos aquellos que "insulten la identidad turca"; mencionar el genocidio armenio así se lo considera. La mordaza que se pretendió imponer a Hrant Dink, fue empapada en su propia sangre, cuando los arteros balazos del nacionalismo turco nos recordó una vez más que la libertad de expresión sigue siendo una utopía en Turquía.

Su asesinato conmovió a una parte de la opinión pública turca y mundial, pero otra parte de la opinión pública turca lo festejó: el asesino material fue tratado como un héroe por parte de la policía que lo arrestó, los autores intelectuales refugiados en los pliegues del poder siguen acechando.

Hubiese sido posible evitar el crimen, sólo era necesario prestar atención a los informes policiales que hablaban desde hacía un año que el mismo se estaba gestando, más aún, las autoridades turcas desde lo más alto del Gobierno -llámese premier o canciller- debían saber que sus declaraciones sobre el tema armenio generarían violencia, como así fue. La cuestión armenia es una cuestión aún no resuelta por Turquía.

A 30 días del crimen nada parece indicar que se produzca un cambio en Turquía; pocos días atrás el canciller armenio hizo pública su decepción por la intransigencia turca en cuanto a sus relaciones con Armenia.

Para que el crimen del periodista Hrant Dink no haya sido en vano aspiramos a que la prensa del mundo recuerde el sentido de su muerte, rescate el valor de su lucha y contribuya a que Turquía revise cuanto antes su pasado, ignorar la fecha sólo servirá a alentar a los violentos y a fortalecer el negacionismo.-. Mario Nalpatian, Consejo Nacional Armenio Mundial. Buenos Aires, Argentina.