Consultas estatutarias

La ciudadanía andaluza acaba de atreverse a reflejar que aquello que los políticos decidieron que era de vital importancia para ella, el neoestatuto, le trae sin cuidado.

Que sólo un 36% del censo haya acudido a votar (menos que a la Constitución europea en aquella región) debería ser un toque importante (como ya lo fue la también muy baja participación en el referéndum del Estatuto de Cataluña) para esos reyezuelos de reinos de taifas que, independientemente del partido, lo único que persiguen es aumentar el poder de esa casta política beneficiada con la reforma de los Estatutos.

Este alejamiento de los políticos profesionales respecto de los auténticos intereses de los ciudadanos, este intento de imposición de su visión sesgada de la realidad sin hacer amago de bajar de sus pedestales, ya les está pasando factura.- Fernando Ledesma Machado. Puerto de la Cruz, Tenerife.

Resulta bastante elocuente, para vergüenza de la clase política, que su empeño en hacer reformas estatutarias va a traducirse en que Estatutos menos refrendados por los ciudadanos van a sustituir a otros que tuvieron más apoyos. Ha ocurrido en Cataluña, en Andalucía y seguramente habría ocurrido en todas las autonomías de haber habido consulta popular.

Creo que cualquier reforma estatutaria debería pasar por un referéndum y que en éste debería incluirse una opción para todos aquellos que no encajamos en el pasotismo asociado a la abstención, en el no que muchos políticos interpretarían como un deseo de ir mucho más allá en los planteamientos o en el voto en blanco que podría leerse de muchas formas.

La pregunta es simple y nos ahorraría, al menos durante unos años, del hartazgo de ver cómo los gobernantes se dedican a menesteres distintos de los que las urnas les encargaron: ¿prefiere que continúe vigente el actual Estatuto.

Teresa González Rodríguez. Madrid