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Reportaje:

Más taxis, que pierdo puntos

Los conductores piden incentivos y seguridad para trabajar de noche

La aplicación del carné por puntos el pasado 1 de julio ha disparado la demanda de taxis en Sevilla. Usuarios y Ayuntamiento aseguran que el número de luces verdes es insuficiente y coger un taxi, especialmente las noches del fin de semana, es complicado. El Consistorio se ha puesto en marcha para resolver esta carencia. No concederá más licencias, pero ha reducido el descanso de los taxistas. Así, de una flota de 2.142 vehículos, sólo 400 tienen obligatoriedad de descansar entre semana. Durante el fin de semana, libran 200. Además, están estudiando medidas que estimulen a los taxistas a trabajar de noche.

"Los taxistas ganan suficiente durante el día; no les compensa trabajar el turno de noche, que es el más duro", dice Rubén Sánchez, de la Federación de Consumidores en Acción de Andalucía (FACUA), "esa decisión repercute en los usuarios, que tienen la noción de que no hay taxis de jueves a domingo". FACUA insiste en la condición de servicio público del taxi, y pide más implicación del Ayuntamiento: "Tiene que regular el número mínimo de taxis por las noches, porque ahora es insuficiente".

Desde la implantación del carné por puntos, la demanda de taxis se ha disparado

Ante esta situación, el gremio se lamenta: "Cuando hay un problema, siempre le echan el marrón al taxi", se queja Javier. O Rafael. O José. Porque el mismo comentario se escucha de distintos profesionales. "¿Acaso hay autobuses, metro o tranvía por las noches?", ponen como ejemplo y continúan: "El Ayuntamiento se ahorra dinero en transporte público y pretende decir que la culpa de todo es nuestra".

Los taxistas no están dispuestos a asumir los riesgos de la nocturnidad sin más. Las dos principales asociaciones sevillanas -Solidaridad del Taxi y Unión Sevillana del Taxi-, por medio de sus presidentes, Enrique Filgueras y Fernando Morales, dicen que durante la noche, especialmente de una a cinco de la madrugada, una de cada cuatro carreras acaba en agresión. El principal problema son los atracos de pequeña intensidad y explican que el perfil del agresor ha cambiado; ya no es el drogadicto con "mala pinta", sino "el chaval que sale hasta las tantas y de repente se le antoja más dinero para seguir de marcha". El abundante consumo de alcohol de muchos usuarios tampoco anima al gremio a sacar el coche a esas horas. Entre los problemas más frecuentes están las vomitonas y los jóvenes que no respetan la ordenanza: "Muchas veces quieren subirse cubata en mano o más personas de las permitidas", cuenta Filgueras.

Las obras y la peatonalización de las calles son también puntos de conflicto. Los taxistas no se oponen frontalmente a ellas, pero piden "permeabilidad". Filgueras añade que se está "castigando" al usuario: la velocidad comercial ha disminuido a la mitad en el último año. "Al final, el cliente tiene que pagar el doble, y a nosotros también nos cuesta dos veces más salir a trabajar". Lanzan un dato: desde las obras de ampliación del metro han perdido el 17% de recaudación.

Las asociaciones de taxistas exigen el cese inmediato del director del Instituto del Taxi. No están contentos con su gestión y le acusan de beneficiar a las empresas privadas. En su lugar, proponen que haya dos asesores con experiencia en el sector. Creen que así se solucionaría el 80% de los problemas. También han pedido un incremento de tarifas para incentivar el servicio nocturno, algo que, según Filgueras, no sería mal recibido por los usuarios. Otro argumento es que este año la subida de tarifas ha sido de las más bajas de España (el 2,5%) y aún no pueden ser aplicadas porque no se han publicado en el BOJA. Filgueras clama pérdidas de 7.500 euros al día. Sin embargo, según un estudio comparativo de FACUA sobre las tarifas de los taxis, Sevilla tiene los precios más caros de las ocho provincias andaluzas.

Pero lo que más preocupa a los taxistas es la seguridad. Por eso demandan un sistema GPS que permita conocer su ubicación en todo momento y estar en contacto directo con la policía. "No necesitamos que venga la ambulancia a cosernos una herida", dice Filgueras, "lo importante es evitar la agresión". Otra de las medidas deseadas son cámaras de grabación continua, un elemento disuasorio que rebajaría el número de incidentes.

Algunas de estas peticiones se han aplicado ya en otras comunidades autónomas. "Los taxistas no estamos locos pidiendo todo esto", matiza Filgueras, "Madrid, Barcelona, Zaragoza o Málaga cuentan con algunas de estas mejoras". Las asociaciones de taxistas aún no han decidido cómo actuarán si no consiguen lo que a su juicio es justo y necesario, pero recuerdan que el año pasado protestaron durante toda la Feria de Abril, con la consiguiente repercusión sobre el ciudadano.

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