"El 'sí' es lo que legitima el Estatuto en una democracia"
Pregunta. El Estatuto fue su apuesta política más arriesgada, ¿se la juega usted el domingo con la participación?
Respuesta. No. No creo que haya que darle tanta trascendencia a mi decisión de poner en marcha el proceso de reforma. Mi riesgo político no depende del Estatuto, sino de un proceso electoral normal, de unas elecciones autonómicas. Además, hay otra razón: el sí va a ser abrumador. Sin restar importancia a la participación, es más importante que la diferencia entre el sí y el no sea abrumadora. El sí es el que legitima en una democracia el Estatuto.
P. ¿El Estatuto tiene alma de izquierdas?
R. Sin duda alguna. Es un Estatuto progresista, con todos los avances que la izquierda en Andalucía, más representada por el PSOE, ha consolidado en los últimos años. Es un Estatuto que responde a lo que es ideológicamente la mayoría de la sociedad andaluza y que el PP no tiene más remedio que aceptar. Si el Estatuto hubiera sido apoyado solamente por el PP o hubiera sido iniciativa del PP, es evidente que no se habrían recogido ciertos temas. Por ejemplo, el capítulo de derechos sociales, la educación laica, la muerte digna, las modalidades de familia, el consejo genético...
P. ¿Al Estatuto le sobran las coletillas del tipo "sin perjuicio de la Constitución"?
R. El Estatuto era y es constitucional sin necesidad de esas coletillas, pero es una concesión que se tuvo que hacer. Hay que reconocerlo, porque el PP quiso visualizar de esa manera que había garantizado la constitucionalidad del Estatuto, cuando ya lo estaba desde el mismo momento en que salió aprobado por el Parlamento de Andalucía.
P. ¿Por qué al final terminó apoyándolo el PP?
R. Por cálculo electoral. El PP no es un partido que esté realmente convencido de la necesidad del Estatuto. Le ha llevado al sí un cálculo electoral, al considerar que un no hubiera sido letal para su futuro político en Andalucía.
P. Con la barrila que dieron con la realidad nacional y usted ni siquiera la ha citado en la campaña.
R. Era previsible. Lo había previsto desde el primer momento. El debate sobre la realidad nacional lo utilizó el PP para atacar el Estatuto por anticonstitucional y porque iba contra la unidad de España. Lo cual es falso. Al final se aceptó realidad nacional, pero es evidente que más allá del aspecto simbólico del término no era lo más importante del Estatuto. Resuelto ese tema, la campaña se ha volcado en otros aspectos que interesaban más a la ciudadanía. Lo de realidad nacional fue una tormenta en un vaso de agua.
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