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ACS podrá ejercer más derechos en Iberdrola pese a controlar Unión Fenosa

La CNE amplía la capacidad de maniobra de Florentino Pérez pero acota su poder de gestión

La Comisión Nacional de la Energía (CNE) acordó ayer autorizar al grupo ACS a ejercer derechos de voto en Iberdrola por encima del 3%, pese a que controla el 40,4% de otra eléctrica, Unión Fenosa. Con limitaciones, ACS podrá ejercer todos los derechos de su participación en Iberdrola (12,4%, con el límite estatutario del 10%) siempre que no afecten a la estrategia o a la gestión. El grupo de Florentino Pérez no ha pedido nunca estar en el consejo de administración de Iberdrola. ACS e Iberdrola reaccionaron ante la resolución con "satisfacción" y "cautela", respectivamente.

La decisión de la CNE, tras cuatro meses de deliberaciones sobre la solicitud que planteó ACS, se aparta de lo que hasta ahora era la doctrina habitual, recogida en un decreto del año 2000. La doctrina era simple: prohibido que un mismo accionista ejerza derechos de voto por encima del 3% si participa "en dos o más sociedades que tengan la condición de operador principal" en el sector energético. Hasta ahora, había que elegir. Lo hizo La Caixa en 2001 (renunció a Endesa para permanecer en Gas Natural) y el BBVA en 2005 (renunció a Repsol YPF para permanecer en Iberdrola).

Lo que no consiguió la primera caja ni el segundo banco del país, lo ha conseguido Florentino Pérez. Una demostración evidente de peso, acogida con "cautela" en Iberdrola y con "satisfacción" en ACS. Fuentes del grupo destacaron que la CNE ha aprobado lo que solicitaron: ejercer los derechos que le corresponden en la junta. Quedan fuera, admiten, asuntos propios del consejo de administración "donde nos autolimitamos" y "no pedimos estar".

Estrategia y votos

ACS no podrá designar consejeros y no podrá votar los "asuntos que afecten a la estrategia competitiva de la empresa en el sector español de electricidad". Entre otras, cuestiones como presupuestos, plan estratégico, nombramiento de altos cargos, política de recursos humanos o inversiones y desinversiones ("salvo las concentraciones que precisen la previa autorización de una autoridad nacional o supranacional de defensa de la competencia", como puede ser la compra de Scottish Power o, hipotéticamente, la de la propia Unión Fenosa). En estos asuntos, ACS tampoco podrá aliarse con otros accionistas para sumar fuerzas en la junta.

La resolución de la CNE, sin olvidar por completo la doctrina aplicada desde 2000, amplía considerablemente el margen de maniobra de ACS, que controla un 40,4% de la tercera eléctrica del país, Unión Fenosa y un 12,4% de la segunda, Iberdrola.

ACS podrá ejercer en la junta de accionistas de Iberdrola los derechos derivados de su participación (12,4%), que están limitados al 10% por los estatutos de la compañía, siempre que no afecten a la estrategia competitiva. Podrá también pronunciarse sobre el nombramiento de consejeros independientes y sobre propuestas de ampliación de capital, según las fuentes consultadas en la CNE y en las empresas. No podrá nombrar consejeros dominicales ni influir en decisiones que afecten a la gestión.

Del juego de autorizaciones y prohibiciones construido por la CNE resulta un equilibrio que, a falta de más precisiones del órgano regulador, contenta al presidente de ACS, Florentino Pérez, y no ahoga al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

Sánchez Galán está comprometido en una gran operación de compra (la de la compañía británica Scottish Power por 17.100 millones de euros) de la que depende en buena parte el futuro de la compañía y su brillo como primer ejecutivo de la segunda eléctrica española e impulsor de un campeón energético europeo con raíces en España.

Florentino Pérez y Sánchez Galán mantienen la relación normal entre dos gestores de éxito que abominan de los segundos puestos. No declaran guerras, pero no viven incómodos en la tensión.

Buen recibimiento

Pérez fue bien recibido por Galán cuando a finales del pasado año presentó sus armas en Iberdrola. Y Sánchez Galán no recibió críticas públicas de Florentino Pérez cuando apostó, en noviembre pasado y en plena orgía de rumores, por la compra de Scottish Power. Y ello a pesar de que la operación planeada por Sánchez Galán, en medio de la guerra desatada por la OPA de E.ON sobre Endesa, alejaba y diluía una posible fusión entre Iberdrola y Unión Fenosa. Pero una superficie en calma no supone ausencia de corrientes.

La decisión de la CNE podría ensanchar el campo en el que dirimir las tensiones que puedan surgir entre la eléctrica y ACS. Un ejemplo: Iberdrola tiene que ampliar capital para adquirir Scottish Power y, aparentemente, ACS podría votar, con el 10%, a favor o en contra de la operación.

Precisamente Omega Capital, sociedad de inversión de Alicia Koplowitz, anunció ayer la compra del 1,21% de Scottish Power por 200 millones. Según fuentes de Omega Capital esta decisión se debe, por un lado, a su baja cotización, y, por otro, a que las acciones del grupo escocés se canjearán en parte por títulos de Iberdrola.

El pasado 6 de febrero, Omega comunicó que había adquirido un 2% de Iberdrola por unos 585 millones. La compra se interpretó como un nuevo apoyo a Sánchez Galán en la estrategia de constituir un gran grupo energético europeo.

Florentino Pérez e Ignacio Sánchez Galán.
Florentino Pérez e Ignacio Sánchez Galán.

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