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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Puyol apaga el fuego

La intervención del capitán cierra por ahora el 'caso Eto'o', al que Rijkaard no quiso sancionar

La distinción de capitán, el brazalete en el brazo, exige algo más que asistir al sorteo de campo antes del inicio de los partidos. Carles Puyol demostró que lo sabe de sobra por la forma en que lidió la delicada situación creada por las intempestivas declaraciones de Eto'o. En ellas llamó "mala persona" a Rijkaard, extremo que ayer desmintió, y lanzó veladas acusaciones de mal compañerismo a Ronaldinho. Presume Puyol de haber bebido de buenas fuentes: conoció a Pep Guardiola al llegar al primer equipo del Barcelona; trabajó con Fernando Hierro en sus primeras épocas como internacional, supo después de Raúl en la selección y muy especialmente, de Luis Enrique en el Camp Nou, algo que le marcó profundamente. Con su ejemplo y su recuerdo metidos en la mochila Puyol llegó ayer al trabajo y se manejó de reunión en reunión, de despacho en despacho por las entrañas del Camp Nou.

"Se acabó. Felicidades al grupo. Ahora trabajaremos con más energía", dijo el técnico
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Tipo sensato, miró a la cara a Eto'o, a Ronaldinho y a Rijkaard y cuando los numerosos medios de comunicación que se personaron en La Masía, el campo de entrenamiento habitual del conjunto barcelonista, se quisieron dar cuenta, el gaúcho y la pantera ya se habían fundido en un abrazo, más o menos improvisado, más o menos sincero, pero con el que quisieron simbolizar el cerrojazo a la crisis.

Rijkaard sonrió, el equipo aplaudió y mientras el capitán del Barcelona, ajeno al detalle -"no lo he visto, me lo han contado", reconoció luego- le ató los cordones de las botas a Albert Jorquera, el portero suplente, imposibilitado porque llevaba puestos los guantes.

Puyol, con la ayuda de Xavi, apagó el fuego provocado por la negativa de Eto'o a salir a jugar los últimos cinco minutos ante el Racing, que avivó Rijkaard denunciando en público la situación y al que el camerunés lanzó gasolina con las duras declaraciones que realizó el pasado martes. En ausencia de Txiki Begiristain, -se le esperaba al mediodía pero no pudo llegar hasta las cuatro de la tarde-, Puyol planchó el percal. "El tema está solucionado. Hemos hablado y el malentendido ha quedado aclarado", anunció feliz y tranquilo, tras un entrenamiento que calificó de extraordinario. "Uno de los mejores que he vivido desde que juego en el Barcelona", dijo.

Puyol, que aclaró que había hablado con el presidente, Joan Laporta, dio las pistas de cómo se las ingenió: "He llegado pronto al campo; faltaba un cuarto para las nueve de la mañana. He desayunado. Samuel ya estaba. Hemos hablado y he ido a ver al mister. Nos hemos reunido todos en el vestuario". Entonces Rijkaard les invitó a la autogestión. "Después -prosiguió Puyol- nos hemos reunido Xavi, Ronie y yo con Samuel y se han aclarado las cosas. Ha entrado el mister, le hemos explicado el tema, hemos vuelto al vestuario y... ¡Arreglado!".

Así de fácil. "El fallo fue no hablar antes. Nos faltó diálogo, hubo una mala interpretación por parte de Eto'o y la bola se ha hecho grande. Si hubieran hablado el lunes, Eto'o no se hubiera puesto como se puso y yo no estaría aquí explicando nada", confesó Puyol.

El capitán quiso dejar claro en todo momento que si lo solucionaron ayer en media hora hay una razón concreta: "Este vestuario es muy grande. Para todos el Barça es lo primero y ha quedado muy claro que no había ninguna bomba. Ha bastado hablar para dejarlo todo solucionado", celebró. Puyol también consideró que lo sucedido tiene que hacer más fuerte al grupo. "Será positivo, nos unirá aún más. Cuando superas asuntos como éste sales reforzado", dijo antes de defender a Rijkaard: "No ha perdido ascendente ante el grupo, al contrario".

Con su habitual mano izquierda, fue Rijkaard, que el martes cenó con Laporta -cita pactada hacía dos semanas- quien ayer restó más trascendencia a lo ocurrido y quien más positivamente festejó que la plantilla solucionara el tema: "Estoy muy contento. Felicidades al grupo y a los capitanes, especialmente a Puyol", apuntó Rijkaard. Para el técnico, el tema está zanjado: "Se acabó, es pasado, hay que mirar adelante y como ha dicho Puyol, puede afectar al equipo en sentido positivo. Nos permitirá trabajar con más energía todavía, así que ¡a por ellos!", animó el entrenador, que descartó que lo sucedido vaya a afectar a su futuro en la entidad y dijo que su relación con el presidente sigue siendo muy buena: "Él pagó la cena", bromeó.

Fue el holandés quien explicó a Begiristain lo acontecido y le instó a que el club no tomara represalias contra los jugadores. Así lo asumió el director deportivo, sentado a la derecha del entrenador en la rueda de prensa conjunta, en la que proclamó solemne: "La autogestión ha funcionado. Nos gustaría que no se volviera a repetir y que todos los jugadores supieran que si tienen un problema hay muchas puertas abiertas para solucionarlos. La de Frank, la primera. Que hablen la próxima vez", dijo.

La ausencia del director deportivo en los últimos días ha dado que hablar. Txiki viajó el lunes por la mañana a Escocia, en compañía del delegado del equipo, Carlos Naval. Estuvieron en Saint Andrews observando instalaciones, pues el club ha recibido una oferta para llevar a cabo la próxima pretemporada. La muerte de un familiar le llevó el martes a San Sebastián. Ayer Txiki regresó a Barcelona y se encontró el trabajo hecho; el fuego estaba apagado: "El vestuario funciona. Lo ha demostrado", celebró.

Eto'o, de espaldas, se abraza a Ronaldinho ayer en el entrenamiento.
Eto'o, de espaldas, se abraza a Ronaldinho ayer en el entrenamiento.EFE

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