Nihilismo vacuo
El cine uruguayo ha estado capitaneado en los últimos años por la explosión de creatividad y la repercusión internacional del cine de los jóvenes Pablo Stohl y Juan Pablo Rebella (éste, lamentablemente fallecido en julio de 2006). La sequedad de su puesta en escena, la austeridad narrativa y la profundidad en el diseño de sus personajes parece ser la senda a seguir por el primero de sus discípulos: Manolo Nieto, asistente de dirección de aquéllos en 25 watts y la magnífica Whisky, que ahora coge el mando con La perrera, minimalista y tedioso retrato de un adolescente pusilánime e incapaz, que no alcanza, ni mucho menos, las cotas de sus maestros.
Con más pinta de estar alimentada de continuas improvisaciones (fallidas y poco imaginativas) posteriormente ensambladas en el proceso de montaje y no de un guión preconcebido y trabajado previo al rodaje, La perrera termina siendo una nadería disfrazada de ensayo nihilista. Los planos largos y fijos, y la casi total ausencia de diálogos, música, estructura narrativa y evolución de los personajes no tienen por qué estar enfrentados con la calidad, pero todo ello unido, y con pocas virtudes a las que agarrarse, acaba sepultando el proyecto.
LA PERRERA
Dirección: Manolo Nieto. Intérpretes: Pablo Riera, Martín Adjemián, Sergio Gorfain. Género: drama. Uruguay, Argentina, Canadá, España, 2006. Duración: 105 minutos.