Las amenazas del integrismo
Muchos libros y algunas películas, como La última tentación de Cristo de Martin Scorsese, han provocado la ira de las autoridades religiosas, tanto islámicas como católicas.
En 1988, Salman Rushdie publicó Los versos satánicos. Desde entonces vive oculto ante el temor de que alguien decida ejecutar la fetua que el ayatolá Ruholá Jomeini dictó contra él meses antes de morir. En 1998, el Gobierno iraní se comprometió a no impulsar la aplicación de la fetua, aunque algunos extremistas afirman que sigue vigente al no haber sido retirada por la persona que la emitió.
El egipcio Naguib Mahfuz, (1911-2006) premio Nobel de Literatura en 1988, recibió otra fetua que lo condenaba a muerte por presentar de modo supuestamente irreverente a Moisés, Jesucristo y Mahoma en su novela Hijos de nuestro barrio. En 1994 unos integristas acuchillaron a Mahfuz en el cuello. El ataque le dejó graves secuelas físicas el resto de su vida. En 1996 volvió a ser condenado a muerte por los islamistas.
Tras los atentados del 11-S, Oriana Fallaci (1929-2006) escribió El orgullo y la rabia, en el que denunciaba el fanatismo islámico y lo comparaba con el nazismo. Por sus afirmaciones en el libro fue juzgada en Francia por racismo y xenofobia. Un tribunal suizo pidió al Gobierno italiano la extradición de la escritora bajo las mismas acusaciones. En Italia, un fiscal solicitó también su procesamiento por "vilipendiar al islam".
El Código da Vinci, por su condición de superventas y su posterior adaptación cinematográfica, es uno de los casos más conocidos. El cardenal Tarsicio Bertone consideró en 2003 que el libro de Dan Brown era "un castillo de mentiras". Además, recomendó no comprar ni leer El Código Da Vinci. Bertone era colaborador del entonces cardenal Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe (antigua Inquisición).
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