Siete muertos en ataques de sicarios a dos comisarías de Acapulco

Cinco policías, un funcionario de la Fiscalía y una secretaria fueron ayer asesinados en dos ataques perpetrados por sicarios contra dos comisarías de dos barrios periféricos de la turística ciudad mexicana de Acapulco, en el sureño Estado de Guerrero, el último en unirse a la lista de Estados federales en los que el presidente Felipe Calderón quiere acabar con las bandas de los narcotraficantes mexicanos.

Desde que asumió la presidencia en diciembre pasado, Calderón ya ha ordenado el despliegue de miles de militares y policías -un total de 8.000 efectivos para todas las operaciones previstas- en los Estados de Michoacán, Sinaloa y Guerrero. La policía creía ayer que los ataques eran una respuesta de los narcotraficantes al plan del Gobierno.

El ataque de ayer, perpetrado en dos fases, ocurrió en los barrios de Renacimiento y Zapata, ambos a las afueras de Acapulco. Los sicarios, vestidos con uniformes militares y de la policía federal, atacaron primera una comisaría y mataron a tiros a tres agentes. Luego fueron en coche hasta la otra, allí obligaron a varios agentes a entregar sus armas y de inmediato comenzaron a disparar contra todo lo que se movía: asesinaron a dos policías, a una secretaria y a un funcionario de la oficina del fiscal regional.