Los celos llevan a la cárcel a una astronauta por tentativa de asesinato
Pretendía asaltar a una rival en un conflicto amoroso por un piloto de la NASA
Por el amor de un astronauta, la también astronauta Lisa Nowak estaba dispuesta a secuestrar a una compañera de la NASA que consideraba una rival en temas del corazón. E incluso asesinarla. El triángulo amoroso ocupaba ayer todos los informativos de las cadenas de televisión de Estados Unidos y la CNN difundió en directo la comparecencia de Nowak ante el juez que le acusa de intento de asesinato en primer grado, intento de secuestro, intento de robo y destrucción de pruebas. Cuando Nowak estaba a punto de abandonar la prisión bajo una fianza de 15.500 dólares, la policía presentó nuevas pruebas que la acusaban de intento de asesinato y no de simple agresión. La capitana de la Marina estadounidense dormía anoche en la cárcel.
Nowak, en la NASA desde 1996, integró la tripulación del transbordador Discovery en julio del año pasado. El pasado lunes, esta mujer, casada y madre de tres hijos, decidió embarcarse en un viaje que le ha proporcionado más páginas de periódico que su misión espacial. Nowak, de 43 años, subió a su coche e inició una marcha de 12 horas desde Houston (Tejas) hasta Orlando (Florida) para supuestamente secuestrar a Colleen Shipman, ingeniera de la NASA.
Según informó la policía, Nowak creía que Shipman mantenía una relación sentimental con el astronauta William Oefelein, piloto de la Marina que integró la tripulación del Discovery en una misión a la Estación Espacial Internacional en diciembre del año pasado.
Siempre según la versión policial, la astronauta llegó el lunes pasado al mediodía al aeropuerto de Orlando para deshacerse de su competidora. Disfrazada con una peluca y un impermeable, Nowak siguió a su rival hasta el estacionamiento de la terminal aérea armada con un cuchillo plegable, una pistola de aire comprimido, guantes de goma, bolsas de plástico y un dispositivo para lanzar gas pimienta.
En palabras de la propia víctima, Nowak intentó colarse en su coche y cuando bajó la ventanilla la cara se le llenó de una sustancia química que le hizo perder momentáneamente la visión. Shipman logró huir y llamar a la policía. Una vez alertada, la policía siguió a la astronauta y vieron que arrojaba a la basura algunos objetos que ahora juegan contra ella ante el juez, ya que se consideran "destrucción de pruebas". Dentro del coche había una carta de amor al piloto Oefelein, padre de dos hijos y soltero, y un paquete de pañales que la supuesta secuestradora utilizó para no tener que parar ni un solo momento durante su loco viaje desde Houston a Orlando, prácticamente un recorrido que cubre la mitad sur del país.
Nowak ha asegurado que sus contactos con su compañero eran "algo más que una relación de trabajo, pero menos que una relación amorosa" y que en ningún momento quiso dañar a la tercera persona implicada. "Sólo quería conversar con ella", ha declarado. Desde la NASA se aseguraba ayer que hasta el momento la condición de Nowak como astronauta de la agencia espacial estadounidense no ha cambiado. Pero se especulaba con que los tres implicados en este culebrón amoroso puedan ser expedientados, a pesar de que la agencia espacial no tiene normas que rijan las relaciones personales entre sus astronautas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.