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El 11-M llega a juicio 01

Un grupo de al menos 12 islamistas perpetró los atentados de los trenes en Madrid

Letrados de los procesados y de una parte de las víctimas usan idénticos argumentos contra la investigación

El próximo 12 de febrero comienza el juicio oral por el mayor atentado en la historia de España, que dejó 191 muertos en cuatro trenes que cubrían el recorrido entre Alcalá de Henares y Madrid. EL PAÍS inicia hoy una serie de artículos sobre la investigación de la matanza.

El atentado del 11-M en Madrid, que dejó 191 muertos y 1.824 heridos de diversa consideración, fue perpetrado por un grupo de islamistas radicales -algunos con antecedentes por terrorismo y otros por delincuencia común- alentado por las consignas de Bin Laden y movido por sus propias creencias. El comando aprovechó un enorme agujero de seguridad en un país con un grave problema de terrorismo para robar de una mina asturiana el explosivo necesario con el que perpetrar su matanza indiscriminada en los trenes.

Algunos de los participantes en el atentado eran seguidos por fuerzas y cuerpos de Seguridad desde hace meses, e incluso años, pero nunca se tuvo información precisa sobre los planes asesinos para Madrid. En las cárceles se grababan las conversaciones de terroristas islamistas, pero nadie las escuchaba. La policía y la Guardia Civil investigaban a la misma trama de tráfico de explosivos, pero no compartieron información.

Cientos de pruebas (dinamita usada en los trenes y en distintos escenarios vinculados a los terroristas, teléfonos intervenidos, declaraciones de testigos, informes periciales de huellas y ADN, conversaciones grabadas por orden judicial) avalan estos hechos. La cúpula policial del Ministerio del Interior nombrada por el Gobierno de José María Aznar defiende en privado este relato y prefiere no enfrentarse en público a los dirigentes del PP que les nombraron en su día y que ahora dudan sobre lo ocurrido.

El PP es el único partido en España que durante dos años ha aireado dudas respecto a los autores reales del atentado. Y eso a pesar de que su secretario general, Ángel Acebes, proclamó en abril de 2004, cuando todavía era ministro del Interior en funciones: "El núcleo que cometió el atentado del 11-M está detenido o muerto".

El próximo 12 de febrero comienza el juicio por esta causa. Algunas asociaciones de víctimas, próximas al PP y minoritarias en cuanto a la representación que ostentan sobre los afectados por el 11-M, defenderán durante la vista teorías sobre lo ocurrido que favorecen a los procesados como terroristas o a los supuestos colaboradores de los criminales.

Todos los investigadores que han intervenido en esta causa, nombrados por el PP y por el PSOE, defienden esta versión de los hechos:

La célula que atentó en Madrid tuvo en la segunda mitad de 2003 una intensa actividad, agitada por las proclamas del líder de Al Qaeda. En octubre de 2003, Bin Laden habló para pedir a los musulmanes del mundo que atentaran "en cualquier lugar y momento" contra los intereses de varios países, entre ellos España. En diciembre de 2003 apareció en la web Global Islamic Media un documento que contenía un denominado Mensaje al Pueblo Español en el que tras hacer referencia al ataque contra siete agentes del CNI en Irak, afirmaba que "la responsabilidad de la ocupación recae sobre los ejércitos participantes y sus pueblos" anunciando que "los batallones de la resistencia iraquí, y quienes les apoyan fuera de Irak, son capaces de aumentar las dosis de sufrimiento en Irak y fuera de él".

La Fiscalía relata así lo ocurrido después: "En aquellos meses, Sarhane Ben Abdelmajid, el Tunecino, en unión de Rabei Osman, el Egipcio, Joussef Belhadj (responsable del Ala Militar de Al Ansar de Al Qaeda en Europa), alias Abu Dujan El Afgani, y Hassan El Haski, Abu Hamza, máximo responsable del Grupo Islámico Combatiente Marroquí en España, comenzaron a planear atentados en suelo español, y decidieron realizar una acción de carácter terrorista para dar muerte al mayor número posible de personas en Madrid".

El Tunecino y El Egipcio se pusieron en contacto en la Mezquita de la M-30 de Madrid y en la de Estrecho con alguno de los islamistas que colaborarían en la matanza de los trenes y éstos, a su vez, captaron a otros para el comando.

En las primeras horas de la mañana del día 11 de Marzo de 2004, según el informe de la Fiscalía, los miembros de la célula terrorista Jamal Zougan, Basel Ghalyoun, Abdelmajid Bouchar y los suicidas de Leganés, Serhane El Tunecino, Rifaat Anouar Asrih, Mohamed Oulad Akcha, Rachid Oulad Akcha, Allekema Lamari, Jamal Ahmidan El Chino, Abdennabi Kounjaa, y al menos otros dos terroristas Daoud Ouhnane (huido) y Momamed Afalah (huido y muerto supuestamente en un atentado suicida en Irak) se desplazaron en los vehículos Renault Kangoo y Skoda Fabia hasta la estación de Alcalá de Henares, se introdujeron en los trenes, dejaron 13 bolsas con los artefactos alrededor de las siete de la mañana en los vagones y los abandonaron en paradas anteriores a los lugares en los que habían previsto que se accionaran los explosivos. De la mayoría de estos islamistas radicales hay huellas en alguno de los escenarios que visitaron para preparar o perpetrar el atentado.

Las mochilas iban cargadas con Goma 2 ECO, robada gracias a la ayuda de un ex minero, José Emilio Suárez Trashorras. Entre las 7.37 y las 7.40 del 11 de marzo de 2004 se activaron telefónicamente los artefactos, produciéndose una serie de explosiones que mataron a 191 personas.

Los "moritos de Lavapiés"

El PP se pregunta quién es el autor intelectual del 11-M. Y duda de que los "moritos de Lavapiés" -el diputado popular Jaime Ignacio del Burgo los denomina así citando a la policía que investigó la trama asturiana- hubieran montado por sí solos el atentado.El sumario está lleno de pruebas que acreditan la capacidad que tenían los autores del atentado de organizar la matanza. Éstos son sólo algunos de los antecedentes de los "moritos" de Lavapiés:- Serhane Ben Abdelmajid, 'El Tunecino'. Vinculado a Abu Dahdah, condenado por terrorismo a 12 años de cárcel y perteneciente a Al Qaeda, El Tunecino trabó contacto con tres dirigentes islamistas para planificar el 11-M: Rabei Osman, El Egipcio; Joussef Belhadj, portavoz del ala militar de Al Qaeda en Europa, y Hassan el Haski, líder español del Grupo Combatiente Marroquí.- Alekema Lamari. Terrorista argelino detenido en Valencia por su pertenencia al Grupo Islámico Armado en 1997. Quedó en libertad por un error judicial en junio de 2002 y desde entonces se movió con grupos de islamistas radicales hasta unirse a los que perpetraron el atentado. De la peligrosidad de Lamari dio cuenta el Centro Nacional de Inteligencia en una nota remitida al Ministerio del Interior el 6 de noviembre de 2003: "La misma fuente había comentado a mediados de septiembre la intención de algunos elementos argelinos de cometer algún tipo de atentado en España, posiblemente provocando algún incendio forestal de grandes proporciones sobre algún elemento rentable o una acción mediante un vehículo conducido por un mártir. La fuente señaló a Lamari como uno de los organizadores y posible ejecutor del comando".- Jamal Ahmidan, 'El Chino'. Delincuente habitual. Se encargó de alquilar la casa de Chinchón donde se prepararon las bombas, y de robar el explosivo con ayuda del ex minero Trashorras, al que llegó a través del narcotraficante Rafa Zohuier. Este último hablaba así de El Chino con un guardia civil sólo seis días después del atentado: "Vino aquí a liarla. Mandó dinero a Chechenia y Afganistán. Siempre, hablaba del rollo del teléfono, no hablaba de detonadores, siempre hablaba del teléfono, quería saber cómo se hacía y todo el rollo, ¿entiendes? Lo de hacerlo con el teléfono. Ese pibe es muy radical, es un tío que te pega un tiro ¿eh? Y no le gusta nada los que no sean de su religión".

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