La policía financiera investigó sobre fondos sospechosos de la mayor mezquita de España
La fiscalía archiva el caso sin indagar el origen del dinero, procedente de bancos saudíes
Las finanzas del Centro Cultural Islámico de Madrid, donde se levanta la mayor mezquita de España y una de las principales de Europa, y los pagos que ha hecho esta institución a otros centros de oración y particulares en distintas comunidades españolas, han estado durante más de un año bajo la lupa judicial. El centro, conocido como la mezquita de la M-30, ha sido objeto de una investigación del Banco de España y de la Audiencia Nacional para determinar si sus fondos se desviaban a instituciones o personas vinculadas con actividades terroristas, según ha podido saber EL PAÍS.
Según el Banco de España, se desconoce quién envía el dinero y cómo se dispone de él
"No podemos levantar el secreto bancario del centro sin más pruebas", dice el fiscal
Tras un año de diligencias, la Fiscalía ha archivado el caso, ya que los receptores "carecían de antecedentes y no eran objeto de investigación policial", o en el caso de Hichan Tensamani, ex imán en Toledo investigado por el 11-M y supuesto beneficiario de estos pagos, estaba incurso en un procedimiento penal por terrorismo, lo que impide actuar al fiscal. En este caso, la información se remitió a los juzgados de la Audiencia Nacional.
Vicente González Mota, el fiscal que ha archivado la causa, señala en su escrito estos dos motivos, pero en su explicación a la Fiscalía General del Estado añade además que "no se puede ir de fishing expedition" (expedición de pesca), término anglosajón sobre lavado de dinero y blanqueo de capitales que describe aquellas peticiones de investigación general en las que no se aportan suficientes indicios de criminalidad. "No podemos hacer una investigación sobre las mezquitas de una forma genérica y global", señalan fuentes de la Fiscalía.
La investigación sobre las finanzas del Centro Cultural Islámico de Madrid partió en abril de 2005 del Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac), organismo dependiente del Banco de España, que elaboró un informe en el que señalaba que del examen de sus cuentas corrientes se desprendía presuntamente "una operativa sospechosa" de financiación de actividades terroristas.
Este servicio está obligado a comunicar a la Fiscalía aquellas operaciones que considere que pueden ser objeto de delito. Y los inspectores del servicio estimaron que las finanzas de la mayor mezquita de España, donde se concentran cada viernes más de 6.000 personas, entraban en ese supuesto de opacidad.
El Sepblac argumentó tres razones para que se iniciara la investigación judicial: que se desconoce quiénes son las personas físicas o jurídicas que desde bancos de Arabia Saudí envían importantes cantidades de dinero -decenas de miles de euros- a las cuentas corrientes de la mezquita de la M-30, cuyo apoderado era Saleh Ben Mohamed al Sudaini; que se ignora la forma en la que se dispone de esos fondos, en su mayoría fraccionados y en efectivo; y la presunta vinculación con el terrorismo islamista de algunos de los destinatarios.
Sobre estos últimos, el Sepblac facilitó a la Fiscalía de la Audiencia Nacional una lista de las salidas identificadas desde las cuentas del centro. Los receptores del dinero entregado por los gestores de la mezquita de la M-30 eran, en su mayoría, empleados de otros centros islámicos cuya actividad es legal.
El informe del Sepblac tiene dos anexos, uno con una tabla de movimientos de las cuentas analizadas y las personas vinculadas a las que se remiten los fondos, y otro sobre los receptores identificados. Incluye también un gráfico con los nombres de los bancos saudíes que envían el dinero; la foto de Saleh Ben Mohamed al Sudaini, apoderado de las cuentas y ex director del Centro Cultural Islámico, y los receptores del dinero en España.
En mayo de 2005, el fiscal Jesús Santos abrió diligencias informativas de investigación, pero éstas se centraron exclusivamente en los 25 receptores identificados, a los que los gestores de la mezquita de la M-30 pagaron en cheques bancarios, al portador o en efectivo.
Entre los receptores de dinero, según la lista aportada por el Sepblac a la Fiscalía, figuraba el imán marroquí Hichan Tensamani, de 36 años, detenido por la Guardia Civil en Vitoria el 19 de junio de 2003 y entregado el 12 de marzo de 2004 a Marruecos por su presunta implicación con los atentados de Casablanca, un ataque que causó 45 muertos, entre ellos cuatro españoles.
El Tribunal de Apelación de Rabat absolvió a Tensamani, pero la policía española aseguró en diversos informes remitidos al juez Juan del Olmo y a la fiscal Olga Sánchez, instructor y fiscal del 11-M, que este ex imán de Portillo, un pueblo de Toledo, era "referente ideológico" del grupo que perpetró la matanza. Tensamani era asiduo a las reuniones previas al atentado, en las que participaron tipos del perfil de Amer el Azizi, muyahidin en Afganistán, o Said Berraj, ambos huidos, según señalan los informes de la policía.
En la causa sobre las finanzas de la mezquita de la M-30, la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la policía informó a la Fiscalía de que Tensamani estaba siendo investigado en dos procedimientos judiciales en España, en los juzgados Central 5 y 6, que dirigen Baltasar Garzón y Juan del Olmo, pero destacó que no estaba imputado en ninguno de ellos. "No se ha podido establecer su participación en el atentado de Casablanca", señaló el informe sobre la causa que sigue Garzón contra supuestos colaboradores en el ataque yihadista que sufrió Marruecos en la primavera de 2003; "tampoco ha sido procesado en la causa del 11-M", advirtió la policía, cuyos informes sobre la presunta relación del imán con la masacre de Atocha no han sido tenidos en cuenta por el juez ni por la fiscal que han instruido el atentado.
Del seguimiento que la Fiscalía ha hecho de las cuentas de Hichan Tensamani se desprende que en 2001 y 2002 hizo varios ingresos en efectivo, de 60 y 3.000 euros, respectivamente, de los que se desconoce su origen, y que recibió una transferencia de 2.000 euros desde el Arab Bank en Arabia Saudí. No aparecen en su cuenta pagos de la mezquita de la M-30, aunque el Sepblac asegura que los recibió. Tensamani vive en la actualidad en Marruecos, donde, según algunas fuentes, ha intentado obtener visado para volver a España sin conseguirlo.
La policía dispone de un vídeo facilitado por una confidente en el que Tensamani "con gafas, vestimenta y pañuelo blanco en la cabeza" se reúne con otras personas en una mezquita de Madrid en torno a una mesa en la que aparece la foto de una mujer que, "al parecer, murió como mártir en Palestina". "Quieren acabar con nuestra lucha, casi lo consiguen en Chechenia y Afganistán", dice. Después, una persona sin identificar lanza una soflama con frases como: "Mártir, mártir, descansa en paz, estamos detrás de ti y somos el símbolo de la lucha. No a la rendición".
La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha rechazado investigar el origen de los fondos procedentes de Arabia Saudí, según el Sepblac personas físicas o jurídicas desconocidas, y la forma de disponer de los mismos, muchas veces fraccionadas y en efectivo.
"No hemos investigado las cuentas de la mezquita. Hemos investigado a los receptores identificados que recibían dinero de esas cuentas", puntualizan fuentes de la Fiscalía.
Para el fiscal González Mota, experto en blanqueo de capitales, la petición del Sepblac es un ejemplo de fishing expedition, es decir, de búsqueda de un delito a bulto, por lo que se ha garantizado el secreto bancario de las cuentas de la mezquita.
"Nuestras cuentas son transparentes"
"Nuestras cuentas son transparentes, recibimos transferencias del extranjero y éstas figuran en los capítulos de nuestro presupuesto. Dígame qué pagos se han investigado porque no tenemos una partida de ayudas. Nunca hemos dado dinero a nadie para que no haya sombra de sospecha. De nosotros no depende ninguna otra institución", asegura Mohamed el Afifi, portavoz del Centro Cultural Islámico de Madrid.
Afifi asegura que las únicas donaciones de la mezquita son en especie y para los más necesitados: arroz, aceite, garbanzos y harina.
Un informe del Sepblac (Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de Capitales), que depende del Banco de España, enumera una lista de unos 25 centros, asociaciones y personas de diversas partes de España que supuestamente recibieron dinero de sus cuentas corrientes. Responsables de mezquitas consultadas por este periódico reconocen que han recibido dinero del Centro Cultural Islámico para comprar sus locales.
Moneir Mahmoud, el imán egipcio de la mezquita de la M-30, se enfrentó a varios de los autores del 11-M que frecuentaban el centro. Entre otros, al suicida Sarhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, que acudía a sus clases de recitación del Corán, y a Amer el Azizi, un marroquí huido al que la policía vincula con la red norteafricana de Al Qaeda. La posición del imán contra sus posturas radicales provocó que éstos y otros islamistas vinculados al atentado abandonaran la mezquita en 2001 y 2002. "No se puede rezar detrás de este imán", decían.
El centro está dirigido por Ebrahim al Zaid, de nacionalidad saudí. Es propiedad de la Liga del Mundo Islámico, un organismo internacional de carácter no gubernamental que agrupa a 58 países.
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