Fracasa la promoción del transporte público, que pierde peso en Barcelona y su región

La gente se mueve más, pero lo hace menos en transporte público. Las políticas de promoción hechas por todas las administraciones se han topado con las deficiencias que padecía el usuario. El resultado es que la encuesta metropolitana que año a año mide la movilidad en día laborable detecta una caída del peso del transporte público en el conjunto de la movilidad de Barcelona y de toda la región metropolitana.

El transporte público retrocede respecto a otras modalidades de transporte, como el coche y, sobre todo, la moto

Los movimientos relacionados con el ocio superan por vez primera los relacionados con el trabajo y los estudios

El vehículo privado representa la mitad de los desplazamientos entre Barcelona y la región metropolitana

En el año 2005, en el conjunto de la región metropolitana, el uso del transporte público era el 19,61% de los movimientos totales. Un año después, en 2006, se queda en el 19,56%. Si en vez de la región se toma sólo la ciudad de Barcelona, el 31,4% se convierte en el 32,3%, con una variante: mientras que en el conjunto del área metropolitana el coche privado no crece (37,75% en 2005 frente al 37,67% en 2006), en Barcelona el transporte privado crece casi un punto y pasa del 18,1% al 18,9%.

Una explicación para este hecho es que se ha disparado el uso de la moto. En 2005 Barcelona registró 268.592 movimientos en moto, lo que equivalía al 6,4% del total; el pasado año, los movimientos subieron a 322.592 (7,8% del conjunto).

La encuesta señala que el sistema más utilizado por los ciudadanos es ir a pie. En el conjunto de la región metropolitana, el 42,77% de los desplazamientos se hacen andando y en la ciudad de Barcelona llegan al 49,7%.

Donde cambian las cosas es en el uso del coche dentro y fuera de Barcelona. En la ciudad, el vehículo privado es el segundo modo de moverse en importancia (31,3%); en el conjunto de la región metropolitana, en cambio, el transporte público ocupa el último lugar y el coche gana un peso notable. Si lo que se tiene en cuenta es el movimiento de entrada y salida en Barcelona, el transporte privado se coloca en primer lugar, con el 49,5% de los desplazamientos.

De hecho, hay una norma constante en todas las encuestas: el uso del transporte público decae a medida en que los desplazamientos se alejan del centro de Barcelona. El motivo es muy simple: la oferta empeora de modo evidente. Esto hace que cuando la gente se mueve por motivos obligados (trabajo o estudios) emplee mucho más el coche que cuando lo hace en relación con el ocio o para volver a casa. Es decir, cuando tiene que cumplir el horario se fía más del coche que del transporte público.

La encuesta denominará en adelante "movilidad ocupacional" a los desplazamientos para estudio o trabajo. Hasta ahora se les denominaba "movilidad obligada" y era la parte más importante. Eso también ha cambiado. En la encuesta de 2006, la movilidad ocupacional es sólo el 23,1% del total de desplazamientos.

La encuesta detecta también la escasísima importancia del transporte público fuera de Barcelona. Mientras que en el Barcelonés se produce 1,44 movimientos en transporte público por cada uno en transporte privado, en el Alt Penedès esta relación es de sólo 0,02 movimientos en transporte público por uno en vehículo privado. En el Garraf, de 0,04; en el Vallès Oriental, de 0,05 y en el Maresme del 0,07. Asimismo, desaparece la distinción entre horas punta y valle. El tráfico empieza a ser denso a las siete de la mañana y sigue así hasta pasadas las nueve de la noche.