100.000 coches menos junto al río
Se abre sólo en sentido norte el primer túnel de la M-30 soterrada, que mide 2,2 kilómetros
Un túnel de 2,2 kilómetros se traga desde ayer, bajo la orilla interior del Manzanares, los 100.000 vehículos diarios que hasta ahora circulaban a escasos metros de las viviendas del paseo de Virgen del Puerto. El subterráneo entre el estadio Vicente Calderón y el paseo del Marqués de Monistrol, el primer tramo terminado de la M-30 soterrada, fue inaugurado ayer por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. "Este túnel es un desmentido rotundo al conformismo, la resignación y la falta de iniciativa", dijo un eufórico alcalde en referencia a las críticas que ha recibido esa polémica obra. Y eso que ayer sólo se abrió el sentido hacia el norte, porque para circular bajo tierra en sentido contrario, hacia el sur, aún habrá que esperar un mes. El túnel ha costado 237 millones y cruza en un punto bajo el puente de Segovia, el más antiguo de Madrid, cuyos pilares, del siglo XVI, han tenido que ser reforzados.
El día de ayer estaba marcado a fuego en la agenda de Ruiz-Gallardón, que a media mañana aparecía sonriente junto a su vicealcalde, Manuel Cobo, la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, y el equipo responsable de la obra al completo: técnicos, altos cargos de Urbanismo, miembros de las empresas constructoras (Dragados y Ferrovial), concejales de cinco distritos... Ellos y medio centenar de periodistas fueron embutidos en tres autobuses para estrenar el subterráneo.
El Proyecto Río -la más emblemática, cara y aparatosa de la veintena de actuaciones que se ha acometido sobre la M-30- supone soterrar seis kilómetros de la carretera de circunvalación (entre Marqués de Monistrol y el Nudo Sur) y 1,5 kilómetros de la avenida de Portugal.
Así que el tramo abierto, de 2,2 kilómetros y sólo en sentido hacia el norte, es una pequeña parte del total. Pero en sí mismo es un túnel larguísimo: de hecho será, durante unas semanas, el túnel urbano más largo de España (a la espera de que se inaugure el tramo completo de la M-30 soterrada). Ha costado 237,4 millones y se abre cuatro meses antes de lo comprometido; durante 20 meses las obras han tenido completamente levantada la M-30 junto al río y han obligado a los conductores a sortear un complicado trazado de desvíos lleno de curvas y señales traicioneras.
Cuatro carriles por tramo
El túnel aumenta la capacidad de la carretera en este tramo: de los tres carriles que tenía la M-30 en superficie se pasa a una media de cuatro. Además, el tronco de la vía no se mezcla con los carriles de salida, "eliminándose así los trenzados que daban lugar a grandes atascos en superficie", explica Manuel Arnáiz, director general de Infraestructuras. Al entrar, a la altura del puente de San Isidro, hay cinco carriles, pero el de la derecha se convierte más adelante en vía de salida al paseo de la Virgen del Puerto. Después hay otras dos salidas intermedias: a la glorieta de San Vicente y a la avenida de Portugal, aunque éstas aún no han entrado en servicio.
Todo el subterráneo circula bajo la margen interna del Manzanares hasta que, pasado el puente de los Franceses, los coches cruzan bajo las aguas. Ése era el punto más delicado, y los bomberos advirtieron a Urbanismo de que, en caso de incendio, ahí les sería difícil llegar. Por eso en ese punto se ha instalado un sistema antiincendios "único en España", según Arnáiz: un aparato que suelta agua nebulizada cuando detecta fuego. Para probar su eficacia, los responsables de la obra pasaron semanas en el Centro de Investigación de Fuegos de San Pedro de Anes (Asturias), quemando y apagando coches en llamas dentro de un túnel.
El resto del subterráneo cuenta también con "altísimas medidas de seguridad", sostienen los técnicos, y citan entre ellas 18 salidas de emergencia, 16 postes SOS, 157 bocas de incendio y 75 videocámaras que comunicarán cualquier incidencia al Centro de Control Madrid Calle 30. Para horadar el subsuelo ha sido preciso sortear tres líneas de metro, una de cercanías y el puente de Segovia, obra de Juan de Herrera. Los técnicos aseguran que no corre ningún peligro porque sus pilares han sido protegidos con pilotes de hormigón.
"Han sido 20 incómodos pero decisivos meses: han servido para remediar el padecimiento de decenios. Los 5.000 madrileños cuyas ventanas daban directamente a la M-30 ven desaparecer los 100.000 coches que pasaban por aquí cada día. Ellos saben que las molestias de las obras han sido temporales, pero los beneficios son permanentes", sentenció Ruiz-Gallardón.
Ana Álvaro, portavoz de la asociación vecinal Madrid Llora de Virgen del Puerto -que se manifestó hace dos años para evitar la tala de 80 acacias por las obras- replicó, en declaraciones a Europa Press, que "hay que esperar" para ver si el túnel mejora o empeora la vida de los vecinos, y subrayó que el barrio sigue estando "destartalado" y lleno de polvo.
Por otra parte, Antonio R. A., de 38 años, resultó ayer herido grave al caer desde una escalera en otro de los tramos en obras de la M-30, junto al puente de Praga. Un portavoz de CC OO subrayó que el herido estaba subcontratado, y criticó las "prisas" por inaugurar los túneles.
Sus quejas y sugerencias en lectores.madrid@elpais.es
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.